• En su visita a México en 2016, el papa Francisco abordó temas clave que aún resuenan en el país tras su muerte este 21 de abril
Fotogalería
Estado de
México. - Durante su viaje apostólico a México en 2016, del 12 al 17 de febrero,
el papa Francisco abordó
temas clave que aún resuenan en el país tras su muerte, como la migración, la exclusión de
los pueblos indígenas, los desafíos
del mundo laboral, la corrupción y la violencia.
A lo largo de
seis días, Francisco visitó Ciudad de México -donde fue recibido por el
entonces presidente, Enrique Peña Nieto (2012-2018)-; así como el Estado de
México; Chiapas, Michoacán y Ciudad Juárez, en Chihuahua.
En su visita
a Ciudad Juárez, el Pontífice alzó la voz por los migrantes que cruzan la
frontera con Estados Unidos: “No podemos negar la crisis humanitaria que en los
últimos años ha significado la migración de miles de personas (…) ¡No más
muerte, ni explotación!”.
También en
Juárez, durante su visita al penal Centro de Readaptación Social (CERESO),
Francisco cuestionó los modelos de seguridad basados en el encierro.
“Ya tenemos
varias décadas perdidas creyendo que todo se resuelve aislando, apartando,
encarcelando. Nos hemos olvidado de concentrarnos en lo que realmente debe ser
nuestra verdadera preocupación: la vida de las personas”, dijo el papa en
Chihuahua.
Ese mismo
día, el pontífice también se encontró con trabajadores y empresarios, con
quienes aprovechó para denunciar la cultura del descarte y los modelos
económicos que priorizan el lucro sobre las personas:
“Dios pedirá
cuenta a los esclavistas de nuestros días (…) El flujo del capital no puede
determinar el flujo y la vida de las personas”, sentenció Francisco.
Chiapas, perdón por los abusos
En su visita
a Chiapas, el papa Francisco celebró una misa con comunidades indígenas y
reconoció los abusos cometidos contra ellos.
“Algunos han
considerado inferiores sus valores, sus culturas y sus tradiciones. […]
¡Perdón, hermanos! (…) El mundo de hoy, despojado por la cultura del descarte,
los necesita”, defendió el primer papa latinoamericano.
Además,
Francisco reivindicó su cultura, sus lenguas y su respeto por la naturaleza y
admitió que las culturas originarias mexicanas “tienen mucho que enseñarnos”.
Por su parte,
durante su visita a Morelia, en el estado de Michoacán, el heredero del trono
de Pedro alentó a los jóvenes a no dejarse engañar por los falsos caminos del
narcotráfico y la violencia.
“Jesús, el
que nos da la esperanza, nunca nos invitaría a ser sicarios. Sino que nos llama
discípulos”, manifestó el pontífice.
Al reunirse
con sacerdotes y seminaristas en esa ciudad, el Papa alertó sobre la “tentación
de la resignación” frente a la corrupción y el crimen, y pidió no encerrarse en
las sacristías.
En Ecatepec,
en el Estado de México, Francisco denunció las tres grandes tentaciones que
enfrenta la sociedad: la riqueza que se impone sobre los demás; la vanidad que
busca prestigio a costa del otro y el orgullo que desprecia a los demás; y el
orgullo “de ponerse en un plano de superioridad”.
El mensaje
más emotivo de líder de la iglesia católica universal lo dejó en la Basílica de
Guadalupe, donde oró en silencio ante la imagen de la Virgen acompañado de casi
50 mil católicos reunidos en el principal templo de Latinoamérica.
Francisco
concluyó su visita pidiendo a los mexicanos que no pierdan la esperanza y sigan
soñando con un país justo, reconciliado y solidario.