• Los especialistas alertan sobre la alta mortalidad y desnutrición de los ejemplares de ballenas grises en México, resultado de desórdenes oceanográficos y cambio climático; se registra la natalidad más baja en la historia.
La Paz, Baja
California Sur.- En lo que va de del presente año, ya son 84 ejemplares de ballena
gris que han muerto en aguas mexicanas, a donde llegaron
para aparearse y tener a sus crías, tras realizar su migración anual desde
Alaska, en un trayecto de más de nueve mil kilómetros.
La cifra de
2025 supera los 83 decesos registrados en México en 2019 y se acerca a los 88
de 2020, cuando se presentó el punto máximo del llamado Evento de Mortalidad Inusual
(UME), que acabó con el 40 por ciento de la población de ballena gris del Este
del Pacífico Norte (690 ejemplares).
El
doctor Jorge Urbán, responsable
del Programa de Investigación en Mamíferos Marinos (PRIMMA), de la Universidad Autónoma de Baja
California Sur (UABCS), dio a conocer que las 84 muertes
de este año, podrían aumentar, ya que todavía hay presencia de algunas ballenas
grises en el Golfo de
California (La Paz y Los Cabos) y afuera de las lagunas,
al finalizar la temporada de avistamiento.
Reveló que
durante una reciente reunión con científicos que atendieron el Evento de
Mortalidad Inusual (UME), entre 2019 y 2023, se estimó que la principal causa
de la alta mortalidad y la baja producción de crías, todavía siguen siendo los
desórdenes oceanográficos en el Ártico, en particular en el Mar de Bering y su
cobertura de hielo.
Estos cambios
en el ecosistema principalmente en las zonas de alimentación, donde el agua se
calienta, probablemente por el cambio climático, ocasionan que las ballenas
grises lleguen a las zonas de reproducción de Baja California Sur (BCS) en estado de
desnutrición.
Lo anterior
se suma a la atípica aparición de un gran número de ejemplares en Cabo San
Lucas, Cabo Pulmo, La Paz y Loreto, en Baja California Sur, debido a la
presencia de aguas muy frías por el fenómeno de "La Niña", en los
santuarios históricos de Laguna San Ignacio, Ojo de Liebre y el complejo Bahía Magdalena,
que los obligó a gastar más energía al nadar más lejos hacia el sur en busca de
mejores temperaturas.
El monitoreo
que el PRIMMA realiza año con año de la ballena gris es encabezado por el
doctor Sergio Martínez, responsable de la investigación en Laguna San Ignacio y
la doctora Lorena Viloria, en Bahía Magdalena.
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Más muertes por venir
De acuerdo
con el doctor Jorge Urbán, en los próximos meses se espera una alta
mortalidad de ballenas grises en la costa oeste de Estados Unidos, Canadá y
Alaska, conforme el pico de la migración siga subiendo hacia el norte a sus
sitios de alimentación.
Los datos recabados
hasta el momento por PRIMMA y la Administración
Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA,
por sus siglas en inglés), establecen que en esta temporada de
avistamiento han muerto
84 ejemplares en costas mexicanas, 12 en Estados Unidos y uno
en Canadá, para un total de 97, superando los 61 de 2024 y los 82 de 2023.
Además de que
sólo nacieron ocho crías en Laguna San Ignacio, seis en Bahía Magdalena y
alrededor de 70 en Laguna Ojo de Liebre, lo que hace a 2025 el año con menos
nacimientos de la historia.
El año de UME
más crítico fue 2019, cuando murieron
216 ballenas grises en México, Estados Unidos y
Canadá.