• Estiaje
Pocos lo
saben, pero 2024 fue el año más seco del siglo XXI, con un acumulado anual de
solo 56.8 por ciento, lo cual se ha visto reflejado en el campo
sudcaliforniano.
Y más que
nada en la ganadería de agostadero, que es donde obtiene su alimento.
Pero otra de
las más severas sequias las soportaron los ganaderos entre 2020 y 2022,
poniendo en riesgo los ecosistemas y comunidades rurales que dependen de ellos.
Incluso, un
estudio revela cómo los rancheros tradicionales respondieron a esta crisis
climática y qué oportunidades existen para garantizar su sostenibilidad.
Esa vez, la
sequía dejó una estela de problemas como son pérdida de vegetación, inseguridad
alimentaria y disminución de ingresos.
Aún así, a
fuerza de voluntad y tezón, los rancheros lograron salir adelante.
Algunos
aspectos observados en el estudio fueron: estrategias alimenticias donde
aumentaron el uso de alimentos comprados como alfalfa y mascarrote para
asegurar la supervivencia del ganado.
Afortunadamentes,
en 2022 tuvieron un gran respiro, luego de que en septiembre de ese año se
registró una de las mayores cantidades de lluvia que ha registrado Baja
California Sur por el paso de la tormenta tropical Javier y el huracán Kay.
Aunque
desgraciadamente para los ganaderos locales, el panorama vuelve a ser incierto.
Y es que
ahora sufren una nueva sequía prolongada, --que inclusive--, a decir de ellos
mismos, los puede obligar a abandonar su actividad.
Y eso sería
lamentable para todos.
Es más, en
ellos hay interés de participar en proyectos de conservación y la gran mayoría
está dispuesta a explorar iniciativas por ejemplo de turismo rural para generar
ingresos adicionales.
Otra,
--dicen--, es buscar mejorar en infraestructura agrícola para incrementar
capacidad de producción y almacenamiento de alimento que es fundamental para
enfrentar futuras crisis.
Para lograr
objetivos, esperan apoyo gubernamental, pues los rancheros solicitan programas
que impulsen empleo y mejoren condiciones de infraestructura rural.
Aquí, haré
énfasis en una nota bien lograda por Diario El Independiente publicada nada
menos el martes anterior, donde se habla de la incertidumbre y preocupación de
los ganaderos.
A grado tal,
que el Secretario del Consejo Directivo de la Asociación Aanadera de Todos
Santos, Francisco Quirino Cota, pide que el gobierno haga Declaratoria de
Emergencia para el sector ganadero pues ya es insostenible la manutención por
la sequia y por la falta y escacez de pastura.
A todo lo
anterior habríamos de agregar otro dato en contra, que se refiere a que no
existe en Baja California Sur agricultura de temporal, sino que tiene que ser
de riego.
Sin embargo,
pese a todo lo que se diga, el gobierno no los ha dejado solos.
Veamos.
El sector
oficial informa que para aminorar los efectos de la sequía recurrente que
presenta Baja California Sur, el gobernador Víctor Castro Cosío sí ha tomado
cartas en el asunto.
Así, el
Gobierno del Estado a través de la Secretaría de Pesca, Acuacultura y
Desarrollo Agropecuario, ha implementado programas de apoyo con la finalidad de
garantizar el alimento al ganado bovino y caprino que habita las zonas de
agostadero.
La
información dada por el director de Desarrollo Ganadero, Francisco Rubio
Barrera, dice que entre los planes que ofrece la dependencia están: la
distribución de zacate cuba 22 para el establecimiento de módulos forrajeros y
semilleros para su propagación de manera estratégica; fondo de contingencia
para el financiamiento de instalación de establecimientos de cultivos
forrajeros; fondos revolventes de las organizaciones en todo el estado para la
distribución de forraje a bajo costo, así como el programa de infraestructura
para captación y almacenamiento de agua.
Luego
entonces, podríamos asegurar que como en otros momentos de crisis, los
ganaderos saldrán adelante.
Cuestión de
tiempo.