• Quienes emprenden en este sector enfrentan retos complejos para obtener financiamiento pú-blico y privado con el fin de iniciar sus operaciones y ofrecer al mercado productos sostenibles; en BCS hay 136 sociedades cooperativas.
La Paz, Baja
California Sur.- La entidad de Baja California Sur (BCS) es donde existe el
mayor número productores acuícolas de ostión en México. Actualmente, hay 136
sociedades cooperativas que se dedican a la producción de este molusco y
generan alrededor de 2 mil 400 toneladas al año, de acuerdo con la Secretaría
de Pesca, Acuacultura y Desarrollo Agropecuario (SEPADA) en la entidad.
Sin embargo,
quienes emprenden en este sector enfrentan retos complejos para obtener
financiamiento público y privado con el fin de iniciar sus operaciones y
ofrecer al mercado productos sostenibles.
·
Nueva
generación de emprendedores
San Buto, al
noroeste de México, alberga una comunidad pesquera que por mucho tiempo obtuvo
sustento de la extracción de almeja catarina.
Sin embargo,
en el 2011 la comunidad identificó que había sobreexplotación de la especie y
que esto ponía en riesgo la sostenibilidad de la pesca.
En ese
momento quienes se dedicaban a la pesca comercial vieron en la acuacultura una
alternativa para explotar la especie de una manera más sostenible y obtener un
mayor ingreso.
Así surgieron
varios proyectos de acuacultura en la comunidad. Uno de ellos fue OysterMex,
fundado por Lizbeth Ramírez, una joven ostricultora de familia pescadora, que
decidió emprender junto a su hermano y un amigo, un proyecto que ofrece
ostiones con trazabilidad y sostenibilidad.
“A los 23
años, cuando estudiaba la universidad en 2017, mi familia me propuso ser
presidenta de una cooperativa y ahí fue cuando empezamos a diversificar en la
acuacultura derivado de la disminución de la pesca ribereña. Buscamos nuevas
formas de generar empleo y de vivir, pero sin salir de la comunidad. Y me di
cuenta de que la acuicultura es mi pasión”, señaló Ramírez.
Después de
cinco años como presidenta de la cooperativa, en el 2022 ideó OysterMex y, un
año más tarde, se materializó la empresa con el permiso de fomento otorgado por
la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) para el cultivo de
ostión, cuya primera cosecha se registró en el 2024.
La
experiencia de presidir, haber estudiado administración y trabajado en diversos
espacios, le permitieron concebir un proyecto con compromiso social y
ambiental.
“Las
posibilidades de acceder a buena educación por parte de estas nuevas
generaciones, ayuda a que vean la pesca desde otra perspectiva (...) estamos
viendo, muchos casos de personas jóvenes que son hijas o hijos de pescadores
emprendiendo proyectos de otra dimensión como de regeneración, de valor
agregado, es decir, mucho más allá de simplemente la actividad extractiva y
están llegando con herramientas técnicas muy interesantes y administrativas de
gestión de proyectos, etcétera, que les pueden ayudar mucho”, señaló Juan
Ferrón, director de políticas públicas en la organización Environmental Defense
Fund (EDF) México.
·
Retos y
oportunidades de financiamiento
EDF México publicó un reporte en el 2023
sobre financiamiento sostenible en el sector pesquero y acuícola ribereño en
México, donde identificó que hay barreras muy complejas en el acceso al
financiamiento sostenible, una de las principales es la informalidad.
“Como sector
productivo es una barrera muy clara. Que los pequeños productores no tengan un
registro formal de sus operaciones, que no tengan una contabilidad y no operen
formalmente con su registro como contribuyentes y ese tipo de cuestiones,
limita significativamente la posibilidad de que los productores puedan ser de
interés para los instrumentos de financiamiento sostenible”, señaló Ferrón.
Ramírez
cuenta con la ventaja de ser una empresa constituida ante la Secretaría de
Hacienda y fue beneficiada a través de un apoyo de fomento por parte de la
Sepada en el 2024.
“El gobierno
me ayudó a través de un apoyo de fomento donde yo puse el 30% y la Sepada puso
el 70% restante. También tomé otras oportunidades de formación como talleres
que también son muy importantes. No es un apoyo monetario, pero es parte de la
inversión en capacitación y formación”, señaló Ramírez.
La mayoría
del dinero que ha invertido lo ha hecho a través de recursos propios y de
préstamos familiares o bancarios, y lo ha utilizado para la instalación de la
infraestructura, siembra y pre-engorda del ostión, así como en el permiso de
fomento que tardó un año en obtener. En general, la inversión inicial del
proyecto y el permiso le costó aproximadamente 40 mil pesos.
Debido al
nivel de sobreexplotación de los recursos pesqueros, José Alfredo Bermúdez,
titular de la Sepada en Baja California Sur, señaló que no hay capacidad de
carga en el mar para otorgar más permisos de pesca, por eso la acuicultura es
actualmente la alternativa de reconversión para las comunidades pesqueras.
Al año, la
institución destina un millón de pesos para capacitación del sector pesquero y
acuícola para fortalecer cuestiones como manejo administrativo, señaló
Bermúdez. Sin embargo, desde la institución uno de los retos que enfrentan es
la falta de presupuesto para otorgar apoyos de fomento.
“El problema
es que el presupuesto no es suficiente para las solicitudes que recibimos. Por
ejemplo, en 2024 nosotros tuvimos en el sector pesquero y acuícola solicitudes
por 90 millones de pesos y nada más tenemos 19 millones presupuestado, el resto
de los productores quedan haciendo turno para el ejercicio 2025. Tenemos un
déficit de recursos para poder aceptar a todos”, señaló Bermúdez.
Ramírez
también ha explorado oportunidades desde la iniciativa privada y filantrópica
como la de Hatch Blue, que consistió en una formación intensiva de 11 días, y
también ha formado parte de los programas de TECA México, una
incubadora impulsada por BFA Global enfocada en emprendimientos con impacto
social y ambiental en ecosistemas marino- costeros en México.
Después de
este recorrido, pudo consolidar su proyecto y crear su modelo de negocios.
En el 2025
Ramírez espera expandir OysterMex en el mercado a través de la diversificación
de los productos como almeja catarina, callo de hacha y mano de león, y más
adelante exportar sus productos.
·
Ventaja de
proyectos sostenibles
Debido a que
la Sepada cuenta con recursos limitados, Bermúdez señaló que hacen una
priorización de las solicitudes en las que se privilegian proyectos liderados
por mujeres, jóvenes y personas de la tercera edad, así como los que contemplen
componentes de sustentabilidad.
Ferrón señaló
que esto no solo sucede en los apoyos del sector público, sino que también en
el sector privado, donde se le da preferencia a los proyectos que busquen una
transición hacia un manejo sostenible y responsable de los recursos.
En este
sentido, la filantropía ha jugado un papel preponderante en el financiamiento
de proyectos sostenibles en la pesca y acuacultura.
“La gran
mayoría de los recursos que se han canalizado hacia proyectos sostenibles en la
pesca y la acuacultura en México provienen de fuentes filantrópicas. Que los
proyectos se enfoquen en modelos de manejo sostenible, gobernanza participativa
y objetivos ambientales, les da un acceso muy claro a proyectos de inversión
filantrópica a través de organizaciones civiles. Sin duda, el hecho de que una
pesquería esté embarcada en un proceso de sostenibilidad o de certificación le
da una ventaja muy clara en términos de acceso a fondos”, señaló Ferrón.
*Este
artículo se publicó originalmente en Causa Natura Media.