• Mujeres, redes de acompañantes y organizaciones civiles coinciden en que los plazos y causa-les legales son insuficientes para garantizar el aborto
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Estado de
México. - A pesar de que el aborto ya es legal en más de 20 de los 32
estados de México, muchas mujeres y personas gestantes siguen enfrentando
barreras para acceder a un procedimiento seguro, oportuno y sin estigma,
un reclamo latente en el país en la víspera del Día
Internacional de la Mujer este sábado.
Mujeres que
han abortado, redes de acompañantes y organizaciones civiles coinciden en que
los plazos y causales legales son insuficientes para garantizar este derecho,
y, por el contrario, complican el acceso seguro y a tiempo para
la mayoría de las mexicanas.
Pocos días
después de la despenalización en Michoacán en octubre pasado, Citlalli tuvo que
viajar a la Ciudad de México para interrumpir un embarazo no deseado, luego de
atravesar una serie de obstáculos que le impidieron hacerlo en su localidad.
Tenía 22
semanas cuando pudo acceder a un aborto seguro, aunque desde el inicio estaba
convencida de su decisión, que fue obstaculizada por la desinformación y el
estigma, luego de que en el primer intento el medicamento falló y no podía
acudir a una clínica para un procedimiento ambulatorio.
“Y el tiempo
seguía pasando”, compartió a EFE la mujer que prefirió cambiar su nombre por la
criminalización que persiste en el país.
Michoacán es
uno de los 22 estados que han despenalizado el aborto voluntario, aunque
limitado a las 12 semanas, excepto Sinaloa (13 semanas) y Aguascalientes, que
lo redujo a seis.
Citlalli pudo
desplazarse a Ciudad de México para abortar, gracias a que redes y colectivos
locales la dirigieron al Fondo Maria, de la ONG Balance, donde le brindaron
acompañamiento y apoyo económico, sin lo que, dice, no le “hubiera quedado de
otra más que tener al bebé y no hubiera podido acceder a un aborto seguro”.
Como ella,
miles de mexicanas abortan en la capital, pero otras tantas más se quedan en
sus estados en riesgo de tener procedimientos inseguros o de continuar con el
embarazo, pese a la sentencia en 2021 de la Suprema Corte que impide la
criminalización del aborto en todo el país.
En pie
de lucha
Ciudad de
México abrió el camino en 2007 al aborto libre hasta el primer
trimestre, reformando sus leyes y abriendo clínicas de Interrupción Legal
del Embarazo (ILE), que este 2025 cumplen 18 años operando.
Pese a ser
legal, el estigma y la falta de capacitación médica han dejado huella también
en las capitalinas, como Gaby, quien hace cinco años abortó en una clínica
pública, pero enfrentó violencia del personal médico.
Médicos y
enfermeras intentaron condicionarle el tratamiento por negarse a que le
colocaran un dispositivo intrauterino de anticoncepción, relató Gaby, y después
se burlaron y ridiculizaron su decisión.
“Yo sentía
que estaba en pie de lucha, en pro a mis derechos (…) y yo creo que muchas
mujeres se sienten exactamente igual”, afirmó la joven que intentó denunciar en
la clínica, pero solo encontró un buzón de quejas y nunca hubo un seguimiento,
algo que sigue reclamando en cada protesta feminista.
“He salido a
marchar a gritar con mis hermanas por nuestros derechos, por todo este sistema
patriarcal que nos oprime tanto, que nos violenta todo el tiempo”, expuso.
Eliminar el
aborto del Código Penal es una de las principales demandas del movimiento
feminista en México, que resuenan con fuerza desde noviembre pasado, cuando el
Congreso de la capital estuvo a punto de eliminar los plazos para el acceso
libre.
“Las 12
semanas (de gestación) no son suficientes”, advirtió Gabriela Millán, del Fondo
María, pues distintas barreras intervienen el acceso y afectan “de manera
desproporcional a personas que están en situaciones de vulnerabilidad”.
La propuesta
continúa en el terreno legislativo, “en el máximo histórico al que había
llegado”, indicó Francisco Cué Martínez, del Grupo de Información en
Reproducción Elegida (GIRE).
“Se trata de
un auténtico cambio de paradigma que permita (…) que se abandone de una vez y
para siempre que el sistema penal para determinar quién, cuándo y cómo puede
acceder a un servicio básico de salud”, destacó el abogado.