• El embajador saliente reconoció que va a haber "cambios" y "temor" entre la población mi-grante en Estados Unidos.
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Estado de
México. - El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, se despidió
este lunes con un último mensaje en el que aseguró que no se “arrepiente de
nada”, en medio de las tensiones bilaterales por las críticas de Washington a
la reforma judicial y la producción de fentanilo en el país.
“No me
arrepiento de nada. Me voy mejor, sintiéndome que llevamos un trabajo fuerte y
bueno, que se debía llevar entre los dos países con más frecuencia”, aseveró en
rueda de prensa final antes de dejar el cargo de embajador, que ocupó desde
2021 tras ser nominado por el actual presidente, el demócrata Joe Biden.
“En más de 3
años y más de 120 visitas, recorrí los 32 estados de México (…) Nuestros países
han vivido una cooperación histórica consolidando a América del Norte como la
principal potencia económica”, recalcó.
El presidente
electo de Estados Unidos, el republicano Donald Trump, quien asumirá el cargo
el próximo 20 de enero, ha anunciado como su candidato a embajador del país en
México al coronel en retiro Ronald Johnson, puesto para el que deberá ser
aprobado por el Senado de Estados Unidos.
Salazar, de
69 años, comenzó su estancia en México mostrando gran proximidad al
presidenteAndrés Manuel López Obrador (2018-2024), pero con el tiempo
la relación se fue tensando hasta finalizar con críticas directas a
la política de seguridad del gobierno mexicano y a la reforma judicial que
busca la elección popular de los jueces.
El embajador
comentó la polémica en torno al fentanilo, causante de una crisis de salud
pública por una ola de muertes por sobredosis en Estados Unidos, y que
Washington considera que se produce en México y China, por lo que ha redoblado
los llamados a estos países para que combatan su producción.
“Sé lo que
pasa, que hay fentanilo en México y también sé que se produce acá”.
No obstante,
indicó que es “un debate, que se produce o no se produce, no nos lleva a donde
tenemos que ir” y llamó al gobierno mexicano a mantener la colaboración con
Estados Unidos en esa materia.
Tras la
salida de Salazar, queda al cargo de la embajada estadounidense en México el
encargado de negocios, Mark Johnson.
Sobre las
propuestas de deportaciones masivas y endurecimiento de las políticas
migratorias de Trump, el embajador saliente reconoció que va a haber “cambios”
y “temor” entre la población migrante en Estados Unidos.
Se estima que
cerca de la mitad de los 11 millones de indocumentados en Estados Unidos son
mexicanos.
La pasada
semana, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, propuso que este mes haya
una reunión entre los ministros de Exteriores de América Latina para abordar
los retos de la migración ante la llegada de Trump a la Casa Blanca.
Sheinbaum,
quien ha dicho estar preparada para recibir a los mexicanos deportados, ha
reiterado “la insistencia a Estados Unidos de que la repatriación se haga a los
distintos países de origen”, en lugar de expulsarlos a todos a México.