• El agua congelada que llevan los productos, práctica conocida como glaseo, es necesaria para que se conserven más tiempo, sin embargo, su proporción no debe exceder el 12% del produc-to total, o se considera excesiva, de acuerdo con estudios internacionales.
La Paz, Baja
California Sur.- Los filetes de pescado y camarones importados tienen un exceso
de agua congelada que aumenta su costo y disfraza su peso real, apuntan
organizaciones civiles como Oceana y Comepesca que proponen una Norma Oficial
para regularizar esta situación.
El agua
congelada que llevan los productos, práctica conocida como glaseo, es necesaria
para que se conserven más tiempo, sin embargo, su proporción no debe exceder el
12% del producto total, o se considera excesiva, de acuerdo con estudios internacionales.
Oceana hizo un estudio en 2020 con 82
muestras de pescados y camarones congelados en supermercados de la Ciudad de
México, donde ocho de cada 10 productos de importación tenían un glaseo
excesivo, de acuerdo con los resultados.
En el caso
del camarón, más del 70% de este producto importado superó el límite aceptable
de glaseado (más de 12%), mientras que el 80% del camarón congelado nacional
tuvo un porcentaje de glaseado menor a 10%.
Para 2024,
actualizaron el estudio con la
recolección de 61 muestras de pescados y 38 de camarones congelados en
supermercados y pescaderías de la Ciudad de México. Obtuvieron que el 43% de
los productos contenía un glaseo excesivo.
“Encontramos
que los filetes de pescado y camarones importados tienen exceso de agua
congelada que disfraza su peso real y su costo. Los productos que vienen sobre
todo de China tienen glaseado de hasta el 60% del peso total”, señaló Esteban
García-Peña, coordinador de investigación y política pública de la oficina en
México de Oceana.
La
organización civil identificó en 2024 que, a diferencia del filete congelado de
tilapia mexicana que presentó un 16.3% de glaseado en promedio, el importado de
China alcanzó un 60.3%. Por un filete mexicano, el consumidor paga 18 pesos que
corresponden a agua congelada, mientras que en el filete importado paga 41
pesos. De esta manera, aunque los productos importados parecen más baratos, son
los que contienen más hielo.
El glaseo
excesivo es común debido a que, aunque existe el Codex Alimentarius de la
Organización de las Naciones Unidas que establece directrices recomendables a
seguir para filetes de pescados congelados, no hay normas nacionales en México
que las hagan cumplir.
“El glaseo es
algo que se necesita para proteger el producto, pero como en México no tenemos
una norma que lo regule, hay empresas que están abusando y entonces le meten un
porcentaje muchísimo mayor de lo recomendable”, señaló Iván Gómez, encargado de vinculación comercial en la
organización Comepesca.
Una Norma
Oficial Mexicana (NOM) podría establecer los estándares para el empaquetado,
congelado y precio de los productos de importación. Sin embargo, aún sin una
NOM, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) puede accionar en favor
de los consumidores.
“Profeco
podría emitir recomendaciones porque ellos se encargan del seguimiento y las
evaluaciones para determinar si alguna empresa o alguna comercializadora están incurriendo
en algún fraude o tienen malas prácticas”, señaló Gómez.
Además de
afectar a los consumidores que pagan agua por pescado y marisco, el glaseo
excesivo afecta a los productores mexicanos que no pueden competir contra los
precios de los productos importados de Asia.
Otra
alternativa para resolver este problema es la implementación de etiquetas a los
filetes y camarones donde se indique el contenido neto y el contenido de masa
drenada, correspondiente al producto después de retirar el líquido, como ya lo
implementan las latas de atún para que los consumidores hagan una compra
informada.
“Quien tiene
el derecho a saber lo que está comprando es el consumidor. Así las etiquetas
pueden advertir que el producto lleva un porcentaje de agua por medio del
glaseado y un porcentaje de masa drenada. Pero si no se le da esa información,
entonces hay un engaño a la gente”, señaló García-Peña.
A simple
vista los consumidores pueden identificar la proporción de glaseado de un
producto, sin embargo, para asegurar que no sea excesivo, Gómez recomienda
consumir productos nacionales que rara vez exceden el 12% de glaseo o productos
con certificación ASC o BAP que además de garantizar la sostenibilidad del
producto, también incluyen su calidad conforme a criterios como la proporción
de glaseo.
“Las
certificaciones nos garantizan que es un producto inocuo, que va a tener el
menor impacto en el medio ambiente y que además es un producto de calidad”,
señaló Gómez.
*Este
artículo se publicó originalmente en Causa Natura Media.