• Plantean una nueva estrategia para protección, cuidado y conservación de la vaquita marina, permitiendo la pesca
Fotogalería
Estado de
México. - Representantes del sector pesquero en el Alto Golfo de California,
pidieron al gobierno de la presidenta Claudia
Sheinbaum, tomarlos en cuenta para armar una nueva estrategia de
protección, cuidado y conservación de la vaquita
marina, permitiendo a las comunidades de Baja California y Sonora,
continuar adelante con sus actividades que permiten dar de comer a las
familias.
Carlos
Tirado, líder de pescadores del Golfo de Santa Clara, Sonora, recordó que
desde el pasado sexenio se propusieron cambios en el Acuerdo que regula artes,
sistemas, métodos, técnicas y horarios para la realización de actividades de
pesca con embarcaciones menores y mayores en el norte del Golfo de California,
aprobado unilateralmente por el Gobierno de México, el 24 de septiembre de
2020.
Punto
importante: cambio de polígonos de protección
Destacó que
el punto más importante es el cambio de polígonos de protección dentro de la
extensa Zona de Refugio de la Vaquita Marina, de mil 245.85 kilómetros
cuadrados, -casi del tamaño de la Ciudad de México-, para que, en ciertas
áreas, donde históricamente no hay observación de ejemplares de esta especie en
crítico peligro de extinción, se pueda pescar con redes tradicionales de
enmalle.
En este
sentido, Ramón Franco Díaz, dirigente de pescadores en San Felipe, Baja
California, señaló que es urgente abrir un canal de diálogo con los nuevos
titulares de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat);
Secretaría de Marina (Semar), Conapesca y el Instituto Mexicano de
Investigación en Pesca y Acuacultura (IMIPAS), antes Inapesca, con el fin de
llegar acuerdos que permitan que Estados Unidos levante el embargo pesquero
impuesto a la región desde 2018 y ampliado en 2020.
A raíz de la
sanción comercial, los pescadores organizados del Alto Golfo de
California, dejaron de vender camarón a su principal mercado en San Diego,
California, y ahora lo rematan a nivel local, para beneficio de algunos, que,
tras conseguir papeles falsos, lavan el producto y lo introducen a Estados
Unidos, como si hubiera sido capturado en otro lugar de la República Mexicana.