• Advierte que esta medida podría incrementar el riesgo de violaciones a derechos humanos debido a la diferencia en el entrenamiento y funciones entre las fuerzas militares y los cuerpos policiales civiles; además, aseguró que los elementos de las Fuerzas Armadas no queden exentos de responsabilidad ante posibles abusos.
La Paz,
Baja California Sur.- Ante la reciente reforma que transfiere el control de la
Guardia Nacional (GN) a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), Charlene
Ramos Hernández, presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH)
en Baja California Sur (BCS), expresó que, si bien la competencia para
investigar presuntas violaciones a los derechos humanos recae en la Comisión
Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la decisión podría presentar algunos
riesgos para la población civil.
La
reforma, dijo, generó preocupación en distintos sectores, especialmente entre
defensores de derechos humanos, quienes temen que la militarización de la
seguridad pública en México pueda derivar en un incremento de violaciones a los
derechos fundamentales.
“No es
prudente delegar la seguridad interna a fuerzas militares. A nivel
internacional se ha establecido que no es recomendable que los elementos de las
Fuerzas Armadas, entrenados para la defensa y aniquilación en situaciones de
seguridad nacional, asuman labores de contacto diario con los civiles. Su
formación es distinta a la de los cuerpos de policía, que deben velar por la
seguridad interna bajo un enfoque de respeto a los derechos humanos”.
Ramos
Hernández señaló que este temor está basado en criterios de cortes nacionales e
internacionales, que alertan sobre los riesgos de asignar tareas de seguridad
pública a personal militar, ya que su entrenamiento difiere de las labores
propias de la policía civil.
A pesar de
ello, enfatizó que los miembros de las Fuerzas Armadas no están exentos de
cumplir con las obligaciones constitucionales en materia de derechos humanos.
De acuerdo con el artículo primero de la Constitución, todas las autoridades,
sin excepción, deben velar por el respeto a los derechos fundamentales de las
personas, lo que incluye a los elementos militares.
“El
personal del ejército está entrenado para situaciones de defensa nacional, no
para el trato cotidiano con la ciudadanía. Es por esto que no es recomendable
que los militares asuman funciones de seguridad interna […] no es correcto
pensar que por ser miembros de las Fuerzas Armadas pueden actuar sin
consecuencias. Las obligaciones constitucionales aplican para todas las
autoridades, sin excepción. En caso de que se presenten violaciones a los
derechos humanos por parte de elementos militares, cualquier persona puede
presentar una queja ante la CNDH para su debida investigación y
resolución".
La CEDH de
Baja California Sur reiteró que seguirá vigilante de las posibles vulneraciones
a los derechos humanos que puedan surgir, con el fin de cuidar los mecanismos
para la protección de los derechos civiles, mismos que, sostuvo, deben
permanecer sólidos y accesibles para toda la ciudadanía, con el objetivo de
evitar abusos y garantizar la rendición de cuentas.