• !Qué diablos Pasa...¡.
¡Vamos...¡,
El pueblo quiere respuestas concretas, y con un dejo de coraje se cuestiona:
¿qué diablos pasa con la justicia de Baja California Sur...?
Así es.
Con la
entrega de hoy, me quiero referir concretamente al caso de corrupción que
supuestamente cometió Rubén Muñoz Álvarez.
Y que fue, en
esos tiempos, cuando justamente el pueblo le confió la presidencia municipal de
La Paz. Que después la dejó abandonada para escalar otro puesto.
Para tal fin,
la pregunta que se hacen varios ciudadanos es: ahora que ya no tiene fuero,
¿por qué no es jalado para que responda por sus fechorías...?
Y es que,
quiérase o no, la gente, el pueblo en general, está ansioso por depositar su
confianza en las autoridades encargadas de impartir justicia y estar seguros de
que tal y como lo ha dejado en claro el propio gobernador Víctor Castro Cosío,
aquí no existen ciudadanos de primera y de segunda.
Ahora bien,
nadie alcanza a entender qué es lo que está pasando cuando apenas en noviembre
del año anterior, la Fiscalía Anticorrupción de Baja California Sur, --que es
la que lo tiene en la mira-- había ratificado la solicitud de desafuero como
Diputado Federal de Rubén Muñoz.
Entonces,
nadie se explica ¿por qué hasta hoy dicha institución permanece solo expectante
ante este hecho?.
Incluso,
derivado de factores como esos, Rubén Muñoz, burlón al fin, socarronamente ha
tenido el descaro de decir que orden legal.
Es cierto que
en esa misma cuerda floja en la que está Rubén Muñoz, se mece también que
igualmente la Fiscalía Anticorrupción.
Pero, de
acuerdo a las opiniones generalizadas, esa es harina de otro costal.
¿Por qué...?
Porque esta
dama no se aprovechó de la confianza de un pueblo a través de un cargo de elección
popular como lo hizo Rubén Muñoz Álvarez, en el caso de la presidencia
municipal de La Paz.
Y porque esta
dama no es ni fanfarrona, ni engreída, ni os, tal como lo es Rubén Muñoz
Álvarez, ni tampoco burlesca.
En pocas
palabras todo esto, a decir del pueblo, marca una gran diferencia.
Lo dijimos en
su momento que Rubén Muñoz desde que se fue como diputado federal, ha buscado
cobijarse con Claudia Sheinbaum.
Sin embargo,
jactancioso como es, le falló rotundamente a la entonces Jefa de Gobierno de la
Ciudad de México porque seguramente su gallo era otro de los aspirantes a la
presidencia de la república.
Fue cuando
nuevamente fracasó en sus aspiraciones, tal como fracasó primero en su
aspiración de ser gobernador de Estado y después en su aspiración de ser
senador de la república.
El caso que,
dentro del argot político, este siniestro personaje está acostumbrado a dar
tropiezo tras tropiezo.
En efecto, lo
mismo que bandazo tras bandazo, tirando golpes a ciegas como lo hizo cuando
desde la presidencia municipal de La Paz, traicionó a Víctor Castro Cosío,
metiéndole una cruel zancadilla.
Zancadilla
que por supuesto no hizo tambalear al entonces titular de Bienestar quien
finalmente llegó a ser gobernador de Baja California sur.
Lo cierto es
que hoy por hoy, Rubén Muñoz Álvarez, debe traer la cola muy metida entre las
patas buscando apegarse a alguno de los tantos funcionarios que alcanzaron
cargos distinguidos al lado de la hoy presidenta.
O cuando
menos limpiándole los zapatos ya sea a Manuel Cota Cárdenas o a Homero Davis
Castro.
No es para
menos, cuando sabe que sus sueños mitómanos y de grandezas, ya no le están
dando resultados.
En fin, lo
que sí es un hecho, --tal como lo dije en una entrega anterior--, es que por
ese caso tan caliente y que despide pútridos olores, Rubén Muñoz trae la piola
enredada hasta el cuello.
Y no creo que
la hoy presidenta Claudia Sheinbaum, esté dispuesta a meter las manos para
defender lo indefendible, más aún cuando sabe que Rubén Muñoz tiene cuentas
pendientes con la justicia.
Pero allí
sigue Rubén Gregorio dando tumbo tras tumbo, metido en beneficios de duda e
inmerso en señalamientos de corruptelas y perversidades.
En síntesis,
el pueblo quiere depositar su confianza en la autoridad responsable de aplicar
justicia.
Y la
justicia, obligada a actuar.
Cuestión de
tiempo.