La Paz, Baja California Sur.- Desde la implementación del subsidio de energía eléctrica, instaurado desde el pasado mes de junio, creció la incertidumbre en Baja California Sur (BCS) por no tener clara la forma en la que se establecería el descuento al servicio del suministro, mismo que el gobernador, Víctor Manuel Castro Cosío, señaló que se efectuaría de manera automática.

Pasados 3 meses de la instauración del beneficio, la ciudadanía de La Paz ha expresado sentirse insatisfecha con el procedimiento, debido a los recientes “aumentos” que reportan a través de sus recibos, a pesar de contar con subsidios otorgados por la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Los residentes advierten que, “lejos de ver una reducción, el monto se disparó de manera desproporcionada”, lo que genera preocupación de algunas familias que aseguran haber mantenido el mismo consumo eléctrico en sus domicilios.

Una usuaria afectada, que prefirió mantener la reserva de su identidad por temor a represalias, compartió su frustración por el incremento en más del 600% del costo que pagaba cada bimestre.

“Los recibos de luz son una ruleta rusa. Con la Comisión Federal de Electricidad nunca se sabe cuánto te van a cobrar. Pasé de pagar 900 pesos a recibir un recibo de 5,900 pesos en el siguiente bimestre”.

Por lo anterior, los ciudadanos cuestionan la efectividad del subsidio que fue otorgado por la CFE, el cual, según un convenio pactado con la administración estatal, debería beneficiar al 91% de la población en Baja California Sur, siempre y cuando su consumo eléctrico “se mantuviera dentro de los límites establecidos”.

Los techos de consumo varían entre 600 y 1,000 kilowatts hora (kWh) mensual, de acuerdo a lo que reportan sus recibos bimestrales, y que, dependiendo del municipio, según la CFE, existen variaciones significativas que son consideradas dentro de la tarifa por consumo.

A pesar de que la CFE había estimado que cerca de 290 mil hogares en el estado recibirían el beneficio por el subsidio, la realidad, para muchas familias, dista de lo que se planteaba en sus orígenes.

Ante tal hecho, demandan una revisión a fondo del sistema de tarifas y la implementación adecuada de los subsidios, misma que es más fuerte en BCS, donde las familias dependen de un servicio básico que, en lugar de aliviar su economía, agrava sus dificultades.