• A más de un mes de que falleció una trabajadora del lugar , no ha existido ningún cambio para evitar que vuelva a ocurrir un accidente en este relleno sanitario de Baja California Sur, al noroeste de México.
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Los Cabos,
Baja California Sur.- Tal y como Diario
El Independiente se lo dio a conocer durante el mes de julio sobre el accidente
que cobró la vida de una recolectora de 59 años en el relleno sanitario La
Candelaria de Los Cabos ha creado un ambiente de zozobra entre trabajadores del
vertedero, quienes alertaron de malos manejos de residuos desde que en
diciembre del 2022 el ayuntamiento concesionó la administración del basurero a
la empresa El Dorado Atardecer y a su
aliada Gammakat Logistic.
“Realmente el
accidente se suscitó porque el personal que tiene trabajando la empresa no está
capacitado, porque quien descargó la basura sobre la compañera era un novato y
esa fue la causa”, señala un reciclador que por seguridad nombraremos Aarón.
A más de un
mes de que falleció su compañera, Aarón señala que no ha habido ningún cambio
para evitar que vuelva a ocurrir un accidente en este relleno sanitario de Baja
California Sur, al noroeste de México.
Actualmente,
hay alrededor de 40 personas que trabajan como recicladoras en La Candelaria
que se encuentran agrupadas en la Unión de Recolectores, Pepenadores y
Recicladores de Los Cabos A.C. desde donde exigen que mejore el entorno
laboral.
Las personas
recicladoras son trabajadoras y trabajadores sin ningún tipo de contrato que,
los siete días de la semana y en jornadas de hasta 11 horas, separan residuos
que llegan al relleno sanitario para después llevarlos a una recicladora y
obtener un pago a cambio de, principalmente, plásticos, metales y chatarra.
La función de
las personas recicladoras es fundamental en los rellenos sanitarios, señala
Aarón, ya que disminuyen el volumen de residuos. Si ellas no hicieran su
trabajo, el ciclo de vida de los rellenos sería corto porque se llenarían más
rápido de residuos. A pesar de este papel crucial, no son reconocidos ni es
valorado su trabajo.
Como personas
trabajadoras libres no cuentan con un contrato, sino acuden por voluntad propia
al relleno sanitario. En su mayoría no cuentan con seguridad social ni ningún
tipo de seguro de vida ni ahorros para el retiro que les garantice una vejez
digna y ampare a sus familias ante una muerte prematura o accidentes
incapacitantes. Por otro lado, tienen a la Unión que actúa como una red de
apoyo.
·
Relleno
sanitario concesionado
El proyecto
que presentaron las empresas El Dorado Atardecer y a su
aliado Gammakat Logistic para obtener
la concesión prometía la implementación de un Centro Integral de Economía
Circular en el relleno sanitario de La Candelaria a través de la construcción y
operación de una planta termoeléctrica alimentada con los residuos sólidos
urbanos.
Aarón señala
que la empresa concesionaria ha hecho un manejo indebido de los residuos que
afecta no sólo al medioambiente, sino que amenaza la seguridad y salud de
quienes trabajan en el sitio.
“Desde que
empezó la concesión, que ya va para dos años, ha habido unos cambios, pero van
en retroceso. Anteriormente, cuando el municipio trabajaba el relleno
sanitario, toda la basura se compactaba y se enterraba. Se trabajaba bastante
bien. En la actualidad es un basurero con mucha contaminación porque no se está
tapando la basura, queda toda expuesta”, señala el reciclador.
Al mes
ingresan al relleno sanitario un promedio de 13 mil 500 toneladas de residuos
sólidos, de acuerdo con el análisis técnico sobre el tratamiento de residuos
sólidos hecho por la Dirección General de Servicios Públicos Municipales.
Sin compactar
y enterrar, estos residuos se van apilando en forma de montañas expuestas que
cubren la superficie y dejan menos espacio para las maniobras de la maquinaria
y para que trabajen las personas recicladoras.
A pesar de no
tener las capacidades, la empresa acepta residuos porque percibe un ingreso del
pago de los camiones recolectores que van a dejar la basura de los hoteles y
restaurantes de la zona turística.
“La empresa,
únicamente, se dedica a estirar la mano cuando entran los camiones, pero
saturan el relleno sanitario y no se le da el manejo adecuado. Todo esto
conlleva a problemas ambientales y pone en riesgo al personal que se encuentra
ahí”, señala un representante de la Unión que prefiere mantenerse en el
anonimato por temor a represalias.
Para este
artículo se buscó a la empresa El Dorado Atardecer, pero no hubo respuesta y el
director de Gammakat Logistics, Uwe Rolli se deslindó totalmente del proyecto.
Mientras que Leonel Leyva Luna, director general de Servicios Públicos de Los
Cabos, respondió que él no tenía nada que ver con el relleno sanitario y que la
solicitud de entrevista debía dirigirse al titular de la concesión.
“Es como
muchos de los servicios públicos que se concesionan. La autoridad concesiona y
se deslinda porque está la concesión, pero tampoco vigila el cumplimiento de lo
concesionado ni exige el cumplimiento del contrato”, explica Alma Lidia Cota
Ojeda del Observatorio Ciudadano Cómo Vamos La Paz.
Para quienes
integran la Unión, el funcionamiento mejoraría si el relleno sanitario
regresara a ser administrado por el Ayuntamiento de Los Cabos y si se dotara de
más maquinaria para operarlo, lo cual agilizaría los procesos.
“Queremos
decirle al gobierno municipal que ya tomé cartas en el asunto sobre el relleno
sanitario. Ya es un caos. Realmente es un lugar que nos está afectando a los
que trabajamos dentro del relleno y yo creo que ya es el momento de que meta
las manos”, señala Aarón.
*Este
artículo se publicó originalmente en Causa Natura Media.