• Los consejos, conceptos, pensamientos, que se dan, se publican, ahora más que nunca para la 3ª. Edad y/o vejez en esta contemporánea etapa. • Un especial relato al respecto.
El tema de
hoy es en relación a un video de imagen oralmente expuso pensamientos y/o
consejos-conceptos sobre los adultos mayores, 3ª. edad o vejez, Titulado:
“SIETE CONSEJOS DUROS PARA LA VEJEZ”, que sin embargo a mí me parecieron
pesados, exagerados, la mitad de ellos y del resto sí estuve de acuerdo, tanto
como adulto mayor o de 3ª. edad y padre que soy, como por experiencias en
amistades y/o conocid@, familias, o lecturas, en fin…que por alguna razón he
analizado en temáticas como: “Lista de temas sensibles, prioritarios y poco
estudiados sobre vejez y envejecimiento”. “Subtema: “Enfermedades crónicas,
enfermedades cardiovasculares, crónico-degenerativas, Obesidad”, etc.
“Envejecimiento y salud. panorama general”, etc. (Hoy la mayor parte de la
población tiene una esperanza de vida igual o superior a los 60 años). Y éstas
dos: “La soledad en el adulto mayor”, (La soledad en la tercera edad es uno de
los grandes enemigos del bienestar de los adultos mayores, un tema preocupante
sin duda, ya que su calidad de vida no sólo implica un buen estado físico, sino
también emocional). Y ésta…“La importancia e influencia que los adultos mayores
tienen en las familias mexicanas”. (Desde las comidas familiares en domingo,
las anécdotas interminables, las aventuras que comparten con sus nietos y,
sobre todo, las enseñanzas que perduran generación tras generación).
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ASÍ, TRASPASO A TEXTO EN RESUMEN EL VIDEO: “SIETE CONSEJOS DUROS
PARA LA VEJEZ”.
Dice: *La
tercera edad es el momento en que la sabiduría que hemos acumulado a lo largo
de los años choca con la cruda realidad del envejecimiento. Si deseas vivir tus
últimos años con dignidad, respeto y paz interior, prepárate para un viaje de
autoconocimiento y transformación…1. No confíes ciegamente en todos los que se
acercan a ti. Confiar demasiado puede abrir puertas a la manipulación y al
abuso emocional. Muchas veces los que se acercan buscan dinero, favores o
simplemente saber que estás bajo su control. 2. Deja de vivir para complacer a
los demás, especialmente a tu familia (¿?); a veces pasamos toda la vida
tratando de satisfacer las necesidades de los demás, y cuando llega la tercera
edad, te sientes en la necesidad de estar siempre disponible, de sacrificar tus
deseos, tus necesidades, para garantizar su bienestar, sacrificando tiempo,
finanzas e incluso tu salud, pero, ¿quién está cuidando de ti? Y a veces lo que
recibimos a cambio es la ingratitud. Es hora de cuidarte a ti mismo, buscar tu felicidad,
hacer cosas que siempre quisiste hacer, pero nunca tuviste tiempo o el coraje.
3. Aléjate de personas tóxicas, incluso si son parte de tu familia. A medida
que envejecemos, la presión por mantener la paz y la armonía dentro de la
familia aumenta, pero, ¿a qué costo?: soportar comportamientos abusivos,
manipulaciones emocionales e incluso humillaciones. 4. “Deja de esperar que los
demás reconozcan tus sacrificios”; muchas veces, el reconocimiento no llega.
¿Algunas veces te has encontrado pensando en todas las cosas que has hecho por
los demás, esperando que al menos te dijeran “gracias”?
5. “Deja de
usar tu edad como excusa para no cambiar”. Muchos creen que después de cierta
edad ya no hay espacio para transformaciones en la forma de pensar, de
comportarse o de vivir. Sin embargo, la tercera edad puede ser el momento más
poderoso para los cambios porque tienes una sabiduría acumulada. Imagina
cuántas oportunidades has perdido porque creías que ya era demasiado tarde,
cuántos sueños se dejaron de lado, cuántas aventuras no vividas, cuántos amores
no experimentados.
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Y AHORA A CONTINUACIÓN, SOBRE ESTA TEMÁTICA VA MI OPINIÓN PERSONAL…
Interesantes
estos conceptos. Sin embargo, yo sólo estaría de acuerdo como EN LA MITAD DE
ÉSTOS, no en todos, pues para mí, depende de qué o cuál tipo de familia: las de
respeto y cariño interfamiliares, de valores y principios (ya que las familias
son, obviamente, diferenciadas). Pero sí, sería bueno seguir o reconfirmar
algunos de estos los más certeros consejos; PERO DEL RESTO NO precisamente.
Cada quién… * Ahora, les comentaré brevemente algo personal. Tengo compamigos
que nomás que le llegaron a los 80s. me dicen…Ya llegamos a los 80 librando
algunas enfermedades, ya para que buscarle, ni a lo de “la mujer” ni a
proyectos, etc. “ya estamos más pa’llá que pa’cá” (doblegados). Y pues, les
rebato: Mira compa, no vivas, no te midas CON EL CALENDARIO; tu actitud, tu
mentalidad inteligente, tu valor, es lo que cuenta; sólo eso; aah, y la fe…
HORARIO.- A
PROPÓSITO DE…VA UN RELATO, “UN DÍA, CUANDO TENÍA SESENTA Y CUATRO AÑOS”
Éste me lo
envió nuestra colaboradora Melissa (Mélida), y dice así: Un día, cuando tenía
sesenta y cuatro años, el profesor V. escribió: “Desde ahora, la única historia
que me interesa es la futura”. “Suena bien”, pensé; pero el hecho es que, en mi
caso, cada vez despiertan más mi curiosidad los sucesos pasados del mundo, del
país, la región, la ciudad… y por ahí es posible que llegara, ni más ni menos,
a la propia historia, la personal. Se me ocurrió pensar en esto, tal vez porque
ahora soy yo quien tiene sesenta y cuatro años (hoy otros pocos más). Pero todo
indica que me siguen interesando las cosas del pasado, que ahora sí, siento
distante como el que más. Vuelvo en la imaginación a los escenarios de mi
infancia, adolescencia y juventud, con los personajes que poblaron mis días,
que evoco de nuevo, muchas veces con gran placer. O con una nostalgia que no es
triste, aunque tal vez sí, pero es una tristeza hermosa. Por cierto, tengo que
buscar con más atención las cosas lindas que vinieron después, ya se sabe,
cuando me volví adulta y tuve que hacerme seria y formal. O casi.
Pero de
pronto me doy cuenta que estoy obligada a no solazarme de tal manera en la
retrospección, sino a pensar yo también en mi historia futura, que a todas
luces será un camino más breve que el que he andado hasta hoy, el cual no puede
evocarse, sino que se trata de construirlo. Y he puesto manos a la obra, porque
uno nunca sabe nada. A eso me refiero. Me he dado a la tarea de pagar mis
deudas, no las financieras, ya que, como no soy sujeto de crédito, no las
tengo; pero sí de lo que pude haber hecho y no hice por aquellos a quienes he
amado. También dedico largas horas a ordenar mis papeles que no son, en su
mayor parte, documentos ni oficios de nada. Son más bien, recortes de notas de
prensa que guardé para leer después y ahí siguen (algunas tienen fecha de hace
treinta años).
Viejas cartas
que, de verdad-verdad, me hacen viajar en el tiempo; notas manuscritas que he
copiado de periódicos antiguos. Ni dudarlo: el afán por estas cosas me persigue
(y me revela); pero he de colocarlas dignamente en el porvenir. En fin, seguiré
aplicándome, aunque mucho de lo que encuentre sea para ahorrarles a los míos el
trabajo de tirarlo a la basura. Ah, otra de las tareas pendientes que quisiera
llevar a término consiste en concluir un trabajo con pretensiones de lo
literario que se pueda ver entre la gente. Yo creo que el fondo de todo esto es
que quiero adornar mi recuerdo. O más bien, el que de mí tendrán los que me
sobrevivan. (Mélida Ojeda). Así entonces…Buenos días.