• La exprecandidata del PAN a la alcaldía de La Paz, señaló que los señalamientos en contra de Xóchitl Gálvez y Guadalupe Saldaña, por presunta violencia política de género, no fueron respaldadas por los tribunales, incluyendo la sala Guadalajara.
La Paz,
Baja California Sur.- La panista Alicia Uribe Figueroa, quien buscó la
candidatura para la alcaldía de La Paz bajo el Partido Acción Nacional (PAN),
denunció en este año, ante la Dirección de Quejas del Instituto Estatal
Electoral (IEE) de Baja California Sur (BCS) a la ex candidata presidencial del
PAN, Xóchitl Gálvez Ruiz, y a la presidenta estatal del partido, Guadalupe
Saldaña Cisneros, por presunta violencia política de género en su contra.
A pesar de
sus esfuerzos por demostrar que fue víctima de este tipo de violencia, las
denuncias no prosperan legalmente en ninguna instancia, y pese al resultado,
asegura confiar y aceptar la decisión de los tribunales al no haber podido
demostrarlo formalmente.
"La
primera no prosperó, la denuncia de violencia política en razón de género no
prosperó. Seguramente no estaba bien armada" indicó la panista.
La
exprecandidata, tras recibir la resolución del IEE, detalló, decidió llevar el
caso a la Sala Regional de Guadalajara del Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación, en la espera de que esta instancia ratificara su
postura y le diera una respuesta favorable; sin embargo, la resolución fue
nuevamente desfavorable, confirmando la sentencia original.
"Yo
quiero seguir confiando en los tribunales, y algo no estuvo bien por parte de
mi equipo jurídico que no logramos ganarla. Me sentí violentada y lo sostengo,
pero si no lo pude demostrar ante los tribunales, respeto el dictamen"
precisó Uribe Figueroa.
La
violencia política de género es un fenómeno que, según especialistas, afecta de
manera significativa a las mujeres que buscan cargos públicos o que ya forman
parte de estructuras de poder.
Este tipo
de violencia se manifiesta a través de diferentes conductas, como actos o
palabras, que buscan deslegitimar, obstaculizar o hacer más difícil la
participación política de las mujeres.