• En la ceremonia de clausura en el Estadio de Francia, al norte de París, desfilaron los atletas de las 205 delegaciones, los mejores de ellos presumiendo de sus medallas
Ciudad de
México.- Con una aparición estelar de Tom
Cruise, homenajes a los atletas y música de ambos lados del Atlántico, París despidió este
domingo 11 de agosto de 2024 sus Juegos Olímpicos en
una ceremonia fastuosa y entregó el testigo a Los Ángeles-2028.
Hacia el fin
de la clausura, la alcaldesa de la ciudad californiana, Karen Bass, recibió en el
Estadio de Francia la bandera con los cinco anillos de manos del presidente del
COI, Thomas Bach, antes de
confiarla a la gimnasta norteamericana Simone
Biles, una de las heroínas de estos Juegos con tres oros.
El siguiente
en arbolarla fue el actor Tom Cruise, que con ayuda de un cable bajó desde la
cubierta del coliseo, ante los aplausos y gritos de los 70,000 espectadores, y
se llevó raudo la bandera olímpica en una moto como la que usó en París la
primavera de 2017 durante el rodaje de "Misión imposible 6".
Tras 19 días
de competiciones que tuvieron en la capital francesa un decorado de lujo,
gracias a sus monumentos más icónicos como la Torre
Eiffel, los Inválidos y los jardines de Versalles. Las
competencias seguirán con los Juegos Paralímpicos, del 28 de agosto al 8 de
septiembre.
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Felicitan al presidente del comité organizador Tony Estanguet
De un día a
otro, París se convirtió en una fiesta", se felicitó el presidente del
comité organizador, Tony Estanguet, que se permitió una puya directa y cariñosa
a la psique francesa, observando que los Juegos convirtieron "a un pueblo
de quejicas irreductibles en fans apasionados".
En la
ceremonia en el Estadio de Francia, al norte de París, desfilaron los atletas
de las 205 delegaciones, los mejores de ellos presumiendo de sus medallas.
Seis de ellos
fueron particularmente homenajeados en representación de sus respectivos
continentes. Por América le correspondió el honor al luchador cubano Mijaín López, que ganó en París
su quinto oro consecutivo en la misma disciplina, una hazaña jamás vista.
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La ceremonia de clausura comenzó con el apagado del pebetero
La ceremonia
empezó con el apagado del pebetero, un anillo de siete metros de diámetro que
desde la inauguración del 26 de julio ardía en el jardín de las Tullerías, en
pleno de centro de París.
El simbólico
gesto recayó en el nadador Léon Marchand,
héroe francés de estos Juegos con sus cuatro medallas de oro, que se llevó la
llama olímpica en una pequeña lámpara dorada.
Tres horas
más tarde la entregó en el Estadio de Francia para apagarla con un soplo,
instantes después de que Bach declarara los Juegos formalmente concluidos.
La ceremonia
estuvo desde el inicio sembrada de grandes clásicos de la canción francesa: en
las Tullerías, Zaho de Sagazan interpretó
"Sous le ciel de Paris", que Edith Piaf e Yves Montand hicieron
célebre.
Y en el
estadio se montó un gigantesco karaoke con los temas "Emmenez-moi",
de Charles Aznavour, y "Les Champs Elysées" de Joe Dassin, que
arrancó unas palmas al presidente Emmanuel Macron.
Rodeado de
los atletas, el grupo Phoenix animó al estadio con su 'French Touch', como
preludio a temas musicales del otro lado del Atlántico, con el rapero Snoop Dogg -presente en
París como comentarista deportivo de NBC- cantando en una secuencia grabada en
Los ngeles. En el mismo Estadio de Francia, la cantante californiana H.E.R.
interpretó el himno nacional estadounidense.
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La francesa Yseult cantó el más emotivo de los clásicos: "My
Way"
El broche al
abrazo entre Francia y Estados Unidos lo puso la francesa Yseult cantando en
una apoteosis de fuegos artificiales el más emotivo de los clásicos: "My Way".
La misma
noche que las autoridades griegas ordenaban la evacuación de la ciudad
histórica de Maratón por unos incendios, la ceremonia de París tuvo un momento
de gran carga simbólica en la secuencia del "viajero dorado".
Un personaje
interpretado por el breakdancer francés Arthur Cadre,
bajando de los cielos en un futuro distópico y, flanqueado de una reproducción
de la Victoria de Samotracia, una de las esculturas griegas más famosas del
museo del Louvre, restablece el ideal olímpico. Exactamente como hiciera a
fines del siglo XIX el barón Pierre de Coubertin,
impulsor de los Juegos modernos.
La ceremonia
de cierre duró una hora menos que la de apertura, única en la historia del
olimpismo al desarrollarse no en un estadio, sino a lo largo del Sena y con los
atletas desfilando a bordo de 85 embarcaciones.
¿Qué sucedió en las competencias en el último día de
los Olímpicos?
El último día
de los Juegos tuvo sus momentos estelares en lo deportivo. La selección
femenina de básquet de Estados Unidos se impuso a las francesas por un ajustado
67-66, para sumar ocho coronas olímpicas consecutivas.
Con esta
hazaña, Estados Unidos acaba los Juegos Olímpicos de
París como líder del medallero, empatado a 40 oros con
China.
El Team USA, no obstante, tiene
más medallas de plata que China (44 por 27), y más preseas en total, 126 a 91.
Tercero acabó Japón, con 45 medallas en total (20-12-13).
Por la
mañana, la neerlandesa Sifan Hassan causó
sensación en el maratón femenino, que por primera vez clausuró el atletismo de
unos Juegos.
La atleta,
que venía de colgarse dos bronces, en 5,000 y 10,000 metros en la pista del
Estadio de Francia, acabó la mítica distancia de 42,195 km con un tiempo de 2
horas, 22 minutos y 55 segundos.
Un crono que
le valió un nuevo récord olímpico y el honor de recibir su medalla en la
ceremonia de clausura, arropada por los miles de deportistas de las
delegaciones participantes y un público más que entregado.
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Torre Eiffel como “decorado” de la cancha de voley-playa
Varias de las
pruebas disputadas en París tuvieron un decorado extraordinario: la Torre Eiffel frente a la
cancha de voley-playa, el Palacio de Versalles en las pruebas de hípica, el
obelisco de la Plaza de la Concordia acompañando
el BMX, sin olvidar las olas de Tahití, donde el surfista brasileño Gabriel Medina protagonizó
una de las imágenes más icónicas de estos Juegos, levitando sobre las aguas,
brazo en alto.
El Sena fue
otro de los grandes protagonistas. Pese a los 1,400 millones de euros gastados
en limpiar el río, la organización tuvo sudores fríos a diario y se vio
obligada a anular varios entrenamientos y postergar un día el triatlón
masculino, aunque todas las competencias previstas, incluyendo la natación en
aguas abiertas, se pudieron celebrar.
París-2024
fue también un éxito de público, pese a los elevados precios: se vendieron más
de 9,5 millones de entradas, muy por encima del anterior récord de
Atlanta-1996, cuando se despacharon 8,3 millones.