• Carlos Amed Rochín Álvarez, presidente de la Barra Mexicana Colegio de Abogados, advierte que la reforma al poder judicial podría comprometer la imparcialidad del sistema y desviar la atención de problemas fundamentales como la corrupción y la ineficiencia.
La
Paz, Baja California Sur.- La reforma al Poder Judicial de México, actualmente
en proceso de aprobación, “podría convertirse en el mayor retroceso en la
impartición de justicia en los últimos 40 años”, alertó Carlos Amed Rochín
Álvarez, presidente de la Barra Mexicana Colegio de Abogados en Baja California
Sur (BCS), al señalar que incluye la elección de ministros, magistrados y
jueces por votación popular, la cual podría politizar el sistema judicial y
comprometer su imparcialidad.
Rochín
Álvarez también critica que la reforma no aborda cuestiones críticas como la
falta de recursos y la ineficiencia del sistema judicial. A pesar de que la
iniciativa se presenta con el argumento de combatir la corrupción y mejorar la
eficiencia, el abogado sostiene que en realidad podría utilizarse como un
pretexto para consolidar el poder político.
"Esto
podría comprometer seriamente la independencia del Poder Judicial, convirtiendo
a los jueces en figuras políticas en lugar de guardianes de la ley […] la
reforma se enfoca en el Poder Judicial, pero ignora otros aspectos esenciales
del sistema, como el fortalecimiento de los ministerios públicos y el acceso a
servicios legales gratuitos. Si no se abordan estos problemas, no estamos
cumpliendo con el cometido de mejorar el sistema de justicia que merece
México".
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Modificaciones Controversiales
Otro
punto de controversia es la modificación de las reglas sobre los amparos. Según
Rochín Álvarez, la reforma limitaría la capacidad de los jueces para suspender
leyes mientras se revisa su constitucionalidad, protegiendo solo al solicitante
del amparo y no a todos los afectados.
"Esta
modificación es una clara respuesta a las recientes suspensiones de obras como
el Tren Maya y la reforma eléctrica. El gobierno no quiere que los jueces
detengan proyectos mientras se revisa su legalidad, lo que podría debilitar una
de las principales herramientas de protección de los derechos humanos en el
país".
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Consenso Nacional Necesario
Finalmente, el jurisconsulto
subrayó que cualquier reforma de tal magnitud debe ser el resultado de un
consenso nacional amplio y no de decisiones unilaterales, asegurando que desde
el congreso federal se pretende legislar al vapor y con prisas, sin que esto
refleje buenos resultados, e incluso, mencionó, esta reforma debería ser
discutida y acordada por todos los sectores de la sociedad para garantizar su
efectividad y legitimidad.