Muy buenos días estimable Lector, gracias, muchas gracias por continuar prefiriendo este su Diario El Independiente.
Inicio esta
columna comentando a Usted; “MEXICO DEMANDA VIVIR BAJO EL IMPERIO DE LA LEY”.
Los mexicanos necesitan sentirse seguros no solo en sus familias y patrimonios,
sino en su relación con los demás y con la autoridad, requieren una nueva
cultura de respeto a la Ley, de certidumbre, de reconciliación y confianza en
la comunidad en que vive, una verdadera reforma en el ámbito de la justicia y
la seguridad, la cual deberá partir de una voluntad política que asegure la
autonomía de la procuración de justicia frente al poder ejecutivo y que acelere
la modernización del poder judicial a todos los niveles, por ello se requieren
nuevos enfoques y métodos para combatir la corrupción en todas las vertientes y
elevar los niveles de transparencia en todo el Pais.es una práctica común
pensar que con la acción persecutoria se acabó el problema, las cosas, sin
embargo, son mucho más complejas, ya no solo es un asunto ético, histórico p
cultural. Es urgente que el Estado garantice mayores mecanismos de competencia,
rendición de cuentas y escrutinio público, podrán evitarse la corrupción, la
apropiación privada de bienes públicos y la impunidad. Se trata, en suma, de
hacer realidad la vieja aspiración del Liberalismo mexicano: “CREAR UN PAIS DE
LEYES”.
En este
sentido: Es urgente arraigar la idea y la práctica, en la cultura ciudadana y
en las Instituciones Publica, de que el único referente estable en una
democracia es la igualdad de Derechos y obligaciones ante la Ley. Si hay algo
fundamental para el desarrollo de la vida comunitaria es la Ley, solo a partir
de su plena vigencia como expresión y salvaguarda de los intereses, es factible
la existencia de la libertad y la justicia.
Es
imprescindible trabajar en los ámbitos internacional, regional y local, a favor
de un orden judicial imparcial y justo que permita a las personas acceso a los
órganos de justicia en condiciones mínimas de igualdad, y contribuya a la
formación de una cultura de la legalidad y a la consolidación de un Estado de
Democrático de Derecho. Se debe de actuar urgentemente de forma más rápida con
el fin de garantizar a todos los ciudadanos que somos una sociedad de Leyes,
con procesos legales y administrativos transparentes, en la cual todos los
ciudadanos se encuentren protegidos con Instituciones modernas que den cabal
respuesta a sus derechos fundamentales. Necesitamos un aparato judicial menos
complejo, más accesible a los ciudadanos y sobre todo, más eficiente y
transparente.
Concluyo:
Recordemos que el costo de la improvisación y de la ineficiencia es los cargos
de impartición de justicia, termina siendo pagado por su propia sociedad, la
cual puede ver frustradas sus legítimas expectativas de progreso y bienestar.