• 'En todas las democracias del mundo el Gobierno dialoga con la oposición. ¿Ser una buena oposición es atacar y criticar todo el día y no dialogar? No, para nada', dijo.
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Estado de
México. - El presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional
(PRI), Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, reelecto en una polémica
asamblea que ha sido impugnada por exlíderes y militantes priistas, aseguró el
martes que el instituto político emprenderá una “profunda reforma” y dijo
que “se acabaron los tiempos de intocables”.
Tras reunirse
con legisladores del tricolor, Moreno encabezó una conferencia de prensa en la
que señaló que se mantendrán las alianzas electorales y legislativas,
aunque no permitirá que nadie hable mal del partido, ya que éste ha
posibilitado triunfos electorales para las coaliciones de las que ha formado
parte.
Advirtió
que, si el futuro del PRI es ir a las elecciones en solitario, entonces
así lo harán y sin temor, porque cuentan con cuadros con capacidad y
talento para ello.
Por lo que
envió un mensaje al Partido Acción Nacional (PAN) sobre poner “en pausa”
su alianza política: “Cuando algunos declaran ‘estamos en pausa’, ¿en
pausa de qué? Si no vamos juntos, si no construimos la coalición, no ganan
los municipios ni las gubernaturas, porque esa es la realidad”.
“Nosotros
vamos a pactar con firmeza y si el PRI tiene que competir solo en las
elecciones, va a competir solo, no tengan duda. Tenemos capacidad, tenemos
talento”, aseveró.
En ese
sentido, pidió que se le pase al PAN el dato de que “de los 13 o 14
municipios importantes de capitales”, si no hubiesen ido en coalición en
las pasadas elecciones no hubiesen ganado “ni uno”.
“Obvio, ellos
están en su proceso interno y le quieren hablar a su base, pero nosotros somos
un partido que ha tenido la capacidad de construir este gran país”, dijo.
Además,
anticipó la posibilidad de dialogo con el gobierno que encabece la
morenista Claudia Sheinbaum Pardo. “En todas las democracias del mundo el
Gobierno dialoga con la oposición. ¿Ser una buena oposición es atacar y
criticar todo el día y no dialogar? No, para nada”, aseguró, por lo que
manifestó su confianza en que la futura presidencia tenga la voluntad política
para el diálogo con la oposición.
“Nosotros
somos responsables con este país y mientras haya apertura, discusión y debate,
el PRI va a estar firme siempre en la defensa de este país”, mencionó.
Sin embargo,
señaló que en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador “jamás hubo diálogo,
jamás hubo comunicación, hubo persecución política”.
Moreno
expresó su apoyo a Rubén Moreira y Manuel Añorve como coordinadores
parlamentarios del partido en la Cámara de Diputados y el Senado de la
República.
El dirigente
tricolor también tuvo palabras para Manlio Fabio Beltrones, a quien
el partido decidió expulsar del grupo parlamentario en el Senado, que asumirá
sus funciones a partir de septiembre.
“Hay que
decirle a Manlio Fabio Beltrones que, al final del camino, esta no es una
posición personal.
Le encanta
que hablan bien las columnas políticas de él, le encanta que digan que es el
político de mayor trayectoria, le encanta un PRI que ya no existe, está
cerca de los 80 años”, puntualizó.
“Se acabaron
los tiempos de los intocables”, dijo, al tiempo que reafirmó que existe
“un cierre de filas” en el partido y reiteró que Beltrones “no forma ni
formará parte del grupo parlamentario del PRI”.
Este martes,
el excandidato presidencial del PRI en el 2000, Francisco Labastida
Ochoa, aseguró en Aristegui en Vivo que Moreno
debería estar “en la cárcel” y no dirigiendo el partido, dada su “mala
conducta” y su “enriquecimiento ilícito”.
Recordó que
ya había advertido que será el “enterrador” del tricolor y criticó su
reelección, la cual considera que se dio de manera “ilegítima e ilegal”, por lo
que adelantó su renuncia al PRI.
Además, Labastida
adelantó que renunciará al PRI y sostuvo que una persona no tiene que
pertenecer a un partido para hacer tareas que ayuden a mejorar el país.
Por su parte,
la exdirigente nacional del PRI, Dulce María Sauri Riancho, afirmó
que el partido tiene un déficit de autoridad moral que afecta la capacidad del
partido para enfrentar un régimen que presenta “rasgos fuertemente
autoritarios”, sobre todo si se aprueba la sobrerrepresentación en las
Cámaras de Senadores y Diputados.