• Especialista de la UABCS habla sobre este fenómeno, considerado uno de los grandes desafíos en zonas costeras.
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La Paz, Baja
California Sur. - La intrusión salina es un fenómeno que se presenta en
acuíferos que están adyacentes o circunvecinos a la línea de costa, donde el
agua salada de mar se encuentra en contacto directo con el agua dulce del
acuífero costero a través de una interfaz.
En el caso de
la península de Baja California, que está rodeada de dos grandes mares, Océano
Pacífico y Golfo de California, todos los acuíferos que se encuentran
adyacentes a la línea de costa son susceptibles de sufrir o padecer este
fenómeno, lo que derivaría en su contaminación, ya sea en mayor o menor escala.
La Dra. María
Z. Flores López, responsable académica de la carrera en Gestión y Ciencias del
Agua y profesora-investigadora del Departamento Académico de Ciencias de la
Tierra de la UABCS, señala que este suceso no sólo se presenta en BCS, sino
también en el resto del país y el planeta.
“Hay que
recordar que aproximadamente el 40% de la población mundial vive a menos de 100
km de la línea de costa. Entonces, es normal encontrar ciudades que estén
cercanas a la línea de costa y es ahí donde ocurre la intrusión salina”,
detalló la catedrática universitaria.
Señala que
una vez que el fenómeno ocurre, lo más importante es mitigarlo, o sea, llevar a
cabo un proceso completamente de remoción del agua salada, aunque resulta muy
costoso aplicar técnicas para hacerla otra vez agua dulce o agua potable.
También
existen métodos en otras partes del mundo, como en California, Estados Unidos,
donde están aplicando la técnica de recarga artificial de acuíferos. “Como el
acuífero guarda agua dulce y cuando existe la intrusión salina significa que
hay más extracción de agua que la recarga, es decir, hay un desequilibrio,
estamos sacando más agua de la que ingresa de forma natural al sistema”.
Así, la
recarga sería, como su nombre lo dice, de manera artificial, es decir, ingresar
agua dulce de otro sitio, con otras características particulares de calidad de
agua, para que el acuífero se pueda recargar, entre en equilibrio y el
desplazamiento de agua salada no sea tan alto.
No obstante,
la académica refiere que lo ideal es evitar que suceda la intrusión, porque una
vez que se presenta es complejo revertir. Además, cuando un acuífero tiene este
problema, los pozos de extracción van a tener por ende mayores concentraciones
de sal, perturbando y contaminando el vital líquido, por lo cual ya no será
recomendable ni sugerente para temas de agua potable.
“Si estamos
hablando de pozos de carácter agrícola y el pozo empieza a tener mayores
cantidades de sal, y esa agua está destinada para riego, también puede afectar
las parcelas, perjudicando evidentemente a la población y a las propias
autoridades encargadas de las políticas públicas”.
La Dra. María
Z. Flores dejó claro que es una situación que se presenta en BCS y que
obviamente el agua subterránea, que es de la cual dependemos principalmente en
el estado, se extrae a través de pozos, y si esos pozos se encuentran cercanos
a la línea de costa, van a presentar fenómenos de intrusión salina.
La
recomendación general es tratar de impedir extracciones de agua lo más cercanas
a la línea de costa, esto es, que la batería de pozos se encuentre un tanto
alejada de dichos sitios. Así se estaría evitando este fenómeno que, volvió a
enfatizar, una vez que se presenta es complicado acceder al recurso y a la
tecnología para revertir.
A juicio de
la especialista, es necesario que exista un consenso y un acuerdo no sólo entre
tomadores de decisiones, sino también con la comunidad y aquellas personas
ligadas al sector hídrico, pues es la única manera de llegar a una ruta crítica
y establecer una planeación integral para saber qué va a ocurrir en los
próximos 20 o 30 años en estas ciudades de BCS.
Dijo que,
precisamente, desde el Departamento Académico de Ciencias de la Tierra, a
través de su Licenciatura en Gestión y Ciencias del Agua, están generando
aportaciones, trabajos y artículos sobre esta problemática, conocimiento que
está a disposición de la sociedad.
Entre las
líneas de investigación que trabajan están el estudio de cuencas, acuíferos,
calidad del agua y geología, mediante las cuales como academia colaboran en
diferentes iniciativas y planes de manejo regionales y estatales, como el Plan
Regional Hídrico de la Comisión Nacional del Agua y el Atlas Estatal de Riesgo
con cartografía relacionada al agua, puntualizó.