• Oscar Leggs, huérfano político, más solo que nunca, se acabaron aduladores y zalameros ante tantas negligencias. • El aún alcalde cabeño y sus torpes y mediocres colaboradores y colaboradoras ante el juicio social, político y administrativo. • Entre deudas, acreedores y dudas administrativas el alcalde cabeño entregará el vapuleado ayuntamiento en tres meses.
Conforme se
acerca la fecha en que el alcalde de Los Cabos, Oscar Leggs Castro, tendrá que
entregar la pésima administración que aún encabeza, cada día queda más claro
las lamentables condiciones administrativas en que se encuentra el actual
ayuntamiento.
Atrás quedó
ya la nebulosa cortina mediática que mediocremente se intentó sin éxito
levantar por parte de su muy cuestionada área de comunicación social que dejó
en evidencia las carencias no solo del alcalde sino incluso de su propio equipo
cercano de colaboradores y colaboradoras.
Hoy Oscar
Leggs no solo corre el riesgo de que se le finquen sendas responsabilidades
administrativas, sino incluso penales en donde parte de sus más notables
funcionarios y funcionarias pueden correr la misma suerte.
De nada
sirvió el fallido intento de hacer ver a un Leggs Castro como un exitoso y muy
popular alcalde cuando los resultados electorales lo dejaron totalmente al
descubierto, en su justa dimensión como un político fracasado.
No solo no
cumplió cabalmente como administrador de los dineros municipales, sino que
incluso políticamente prefirió apoyar al final del pasado proceso electoral al
candidato panista a la alcaldía Ernesto Ibarra, quien finalmente perdió
estrepitosamente en las urnas.
La población
calificó en esta elección a un Oscar Leggs que ahora busca desesperadamente que
alguien lo cuide antes de que concluya su mandato municipal.
Por supuesto
que va a estar complicado para Leggs Castro, encontrar en algún actor político
la solidaridad y apoyo que él no quiso otorgar a sus compañeros de partido y de
grupo político de los que públicamente renegó.
Hoy Oscar
Leggs está más solo que nunca.
Incluso
varios de sus ex confiables colaboradores ya no están en su barco, ya saltaron
a otros proyectos para tratar de salvar el pellejo antes de que el alcalde
cabeño termine de hundirse en ese mar de deudas y presuntos desfalcos.
Quién va a
defender a un alcalde señalado por la propia Auditoria Superior de la
Federación, acusado por acreedores que exigen sus respectivos pagos y peor aún
que ya no lo alaban ni aquellos comentaristas que apenas hace pocas semanas, lo
defendía a capa y espada justo en los días previos a la jornada electoral del
pasado 02 de junio.
Leggs Castro
junto con sus limitados y mediocres colaboradores y colaboradoras, tendrán que
pagar sus errores políticos y por supuesto administrativos antes de que se
refugien en el búnker de Migriño en donde seguramente sobrará el café más
amargo de todos, pero faltarán los zalameros y aduladores amigos de antaño
En el mejor
de los casos para Oscar Leggs, que en tres meses entregará su administración,
saldrá ganando si logra evitar perder la libertad precisamente por las
presuntas irregularidades que pueda presentar su administración.
Huérfano de
grupo político y si rumbo fijo, el aún alcalde de Los Cabos, está literalmente
condenado a la soledad que conllevan los grandes fracasos.
Por supuesto
entre todo lo que rodea al frustrado Oscar Leggs, habrá que observar quién se
atreve a defender lo indefendible.
Ya veremos.