• Por aplastante resultado electoral, Morena y PT ante el reto de evitar la indigestión e implosión política. • Conservar la unidad será fundamental ante diferencias internas y casi nula oposición externa. • La fracasada oposición tendrá que resurgir de entre sus ruinas para hacer un honesto y muy sincero autoanálisis, para resarcir errores y acerarse de verdad a la ciudadanía.
Luego del
aplastante resultado electoral que favoreció ampliamente a Morena y sus
aliados, surge el reto de mantener una sólida unidad en torno precisamente a
esos organismos políticos pues las pasiones para resaltar a las diversas
figuras que surgieron y destacaron en este proceso, pueden provocar una lucha
interna de graves repercusiones.
Así que para
los partidos de oposición que perdieron prácticamente todo, el reto será
levantarse de las cenizas de lo que resta de esos organismos, en Morena y sus
aliados es todo lo contrario pues fue tan decisivo el éxito electoral que es
muy probable que las confrontaciones políticas se den más hacia el interior que
hacia el exterior.
Afuera habrá
muy pocos con quien contender.
El tema será
al interior pues son varios actores políticos que apenas pasadas la elección
del 02 de junio, ya tienen en la mira el siguiente proceso político-electoral.
Por supuesto
que es natural, el alto porcentaje de votos obtenidos, alienta precisamente
esas intenciones.
Por ello el
reto de las dirigencias es justamente evitar que se rompa la unidad y se pueda
llegar a futuros procesos políticos bien compactados.
Es evidente
que es muy probable que conforme transcurran los próximos meses, los partidos
que conforman la oposición a Morena, el PT y sus aliados, es decir, el PAN, PRI
y PRD principalmente tendrán que luchar incluso con la posibilidad de su
desaparición.
Para el caso
específico del PRD este no alcanzó el tres por ciento de la votación mínima que
exige la ley para conservar su registro por lo que habrá que ver hacia dónde se
va esa militancia que mirará como una nostálgica anécdota, partir lo que fue el
llamado sol azteca, ahora completamente apagado ante la adversidad electoral.
La fracasada
oposición tendrá que resurgir de entre sus ruinas para hacer un honesto y muy
sincero autoanálisis, no solo para tratar de resarcir los errores cometidos
sino para replantearse verdaderas estrategias de acción que le acerque a la
ciudadanía y acabar de una vez por todas con el autoengaño partidista y las
simulaciones evidenciadas en la pasada elección.
Por su parte,
el desafío para las dirigencias partidistas de la llamada “Cuarta
Transformación”, será tratar de repetir en próximos procesos políticos, los
resultados de las pasadas elecciones en unidad en torno a una figura que les
garantice precisamente mantenerse en la senda de la victoria.
Valdrá mucho
la pena por lo tanto sugerir a candidatos ganadores tanto a nivel federal como
local así como a líderes partidistas que dimensionen la gran responsabilidad
que tiene ante sí luego del enorme poder otorgado por la ciudadanía a través de
su sufragio.
Definitivamente
será indispensable actuar con madurez y mesura para evitar la implosión e
indigestión política ante el abrumador apoyo ciudadano expresado en las urnas.
Vaya enorme
tarea para las dirigencias de Morena y el PT principalmente.