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Hoy es viernes, 22 de noviembre de 2024

En privado

• Oremos…


 

Debo reconocer que no a todos llamó la atención la petición que en colectividad hizo la Iglesia Católica el domingo anterior, y que decía:

 

“Por los que nos gobiernan, para que, a ejemplo del buen pastor, en medio de la situación social tan compleja en que vivimos el bien común sea la estrella que guie el ejercicio de gobierno de todo aquel que fu electo por voto popular. ¡Oremos… ¡”

 

Sin embargo, sí llamó la atención de todos los presentes cuando a través del alta voz se escuchó:

“Por la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta electa de los Estados Unidos Mexicanos, para el periodo 2024- 2030, para que, con la responsabilidad y sabiduría que el cargo demanda pueda conducir a México hacia horizontes donde la república se fortalezca, el estado de derecho se viva plenamente, la democracia permita la transición política sin violencia y, sobre todo, iniciemos un periodo de reconciliación social en el país entero.! Oremos… ¡”.

 

La determinación de orar este domingo 16 de junio, provino del Organismo de Colegialidad Episcopal y Comunión de Iglesia, para el Ministerio del Culto o la Pastor.

 

Bueno, tal vez llamó la atención porque todos recordaron que en ningún momento la iglesia católica pidió por Andrés Manuel López Obrador cuando fue electo, o al iniciar su mandato.

 

Será acaso porque Claudia Sheinbaum, aun cuando no ha definido su religión, ¿al menos ya hizo una visita al Papa Francisco…?

 

Tal vez.

 

Porque contrariamente, AMLO, ya había definido públicamente su religión, y que justamente era, o es cristiano.

 

Y que poco después de asumir la presidencia, algunos miembros de Iglesia cristiana de Chihuahua acudieron a Palacio Nacional para rezar por él.

 

Así fue.

 

En esa ocasión los integrantes de la comunidad cristiana dijeron oraciones durante una hora, en las inmediaciones del recinto, en la avenida Plaza de la Constitución.

 

Incluso, esa vez, los cristianos rezaron por el presidente, su gabinete, los reporteros y la población en general.

 

Otro dato importante es que, entonces candidata, Claudia Sheinbaum, manifestó a los obispos del país su deseo de mantener buenas relaciones con la Iglesia Católica.

 

Se recuerda que durante la 116 Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano, los obispos invitaron a los candidatos presidenciales a sostener un diálogo constructivo y compartir sus propuestas sobre distintas realidades del país.

 

Entonces el diálogo se realizó en un ambiente de apertura y cordialidad, en pleno respeto a la separación entre la Iglesia y el Estado.

 

Ahí, Claudia Sheinbaum, manifestó su deseo de mantener buenas relaciones con las Iglesias y, en especial, con la Iglesia católica con quien mantiene muchas coincidencias especialmente con el pensamiento del Papa Francisco.

 

Ahora bien, previamente, la Iglesia católica le propuso a Claudia Sheinbaum un decálogo para su gobierno.

 

El decálogo dirigido a la próxima presidenta fue presentado a través de un editorial que iniciaba: “En el marco de un diálogo fraterno y respetuoso, y guiados por los principios establecidos en la encíclica ‘Fratelli Tutti’ del papa Francisco, presentamos a continuación algunos planteamientos que consideramos importantes para la toma de estas primeras decisiones de la virtual ganadora de las elecciones presidenciales”.

 

En el escrito pedían:

Respetar la dignidad de todas las personas sin discriminación y garantizar los derechos fundamentales.

 

Fomentar un gobierno plural y abierto a escuchar todas las voces de la sociedad.

 

Anteponer el bien común al interés particular, trabajando por el desarrollo integral de la población mexicana.

 

Priorizar la asistencia y apoyo a los sectores más desfavorecidos, como los pobres, enfermos y marginados.

 

Defender la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural y rechazar cualquier forma de atentado contra ella.

 

Adoptar medidas efectivas para cuidar y proteger el medio ambiente.

 

Poner fin a la violencia criminal y luchar por la paz.

 

Aplicar los puntos del Compromiso por la paz e integrarlos en la agenda de Gobierno.

 

Ejercer el cargo con integridad, honestidad y transparencia, siendo un ejemplo de buen gobierno.

 

Y, por supuesto, lo que para ellos consideraron muy importante: Proteger y promover la libertad religiosa.

 

En fin, no importa qué religión profese la persona que dirija nuestro país.

 

Lo fundamental es que luche por tres aspectos fundamentales para los mexicanos como lo son: la democracia, la soberanía y la libertad.

 

Con esos tres bastiones nos basta.

 

Porque esos tres, los asumimos como sinónimos de progreso.

 

Cuestión de tiempo.