Las y el candidato han mostrado poco interés en acercarse a las organizaciones y centros de investigación que trabajan problemáticas relacionadas con el agua.
La Paz, Baja California Sur.- Las elecciones presidenciales de México que se celebrarán el 2 de junio de 2024 han tomado con mayor relevancia la escasez hídrica. Actualmente el 75% del territorio mexicano se encuentra en algún grado de sequía, según el Monitor de Sequía de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
“Es un tema (agua) mucho más presente en el discurso que en otras elecciones, yo creo que es por la grave crisis que estamos padeciendo. Tiene que ver con un problema serio de gestión del agua que nos ha llevado a una sequía a nivel planetario”, señaló Teresa Gutiérrez, directora del Fondo para la Comunicación y la Educación Ambiental (FCEA).
Tanto Gutiérrez como Rafael Espinoza Méndez, tecnólogo del agua en el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), consideran que temas importantes como la transparencia, el presupuesto y la concientización social se están quedando fuera de la discusión.
Las y el candidato han mostrado poco interés en acercarse a las organizaciones y centros de investigación que trabajan problemáticas relacionadas con el agua.
“Nunca habíamos tenido candidatos que, desde nuestro punto de vista, fueran tan poco interesados en lo que estamos haciendo nosotros como una organización de la sociedad civil que lleva 20 años dedicados al tema. No entendemos si los candidatos están rebasados o qué está pasando, pero sentimos que hay poca interlocución”, dijo Gutiérrez.
Las instituciones de investigación en el sector hídrico como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN), el IMTA, entre otras, tienen conocimientos que pudieran aportar para el desarrollo de un esquema de planificación urbana. Rafael Espinoza propone que las candidatas convoquen a un gran foro donde coincidan las y los investigadores y puedan orientar las políticas públicas que están planteando en campaña.
“Hay muchas alternativas, imaginemos a todas las personas que hacen investigación y que han desarrollado tecnologías en un conjunto de trabajo para darles a estos candidatos realmente la orientación, pero también al propio Poder Legislativo y a los diputados que no saben del tema, pero no nos quieren escuchar”, señaló.
Xóchitl Gálvez, candidata para la presidencia de México por la coalición Fuerza y Corazón por México conformada por el Partido Acción Nacional (PAN), Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Partido de la Revolución Democrática (PRD) propone incentivar la inversión privada para infraestructura de captación pluvial y de tratamiento de aguas residuales, mientras que el candidato por Movimiento Ciudadano (MC), Jorge Álvarez Máynez ha propuesto esta clase de inversiones para instalar plantas desaladoras en el país.
Ante estas propuestas, Teresa Gutiérrez señala que primero debería considerarse cómo se van a crear las condiciones para la participación de la iniciativa privada y bajo qué esquema sería su participación.
En el caso de las desaladoras señaló que, en lugar de esperar soluciones tecnológicas que demandan mucha energía y generan aguas residuales, se debería de pensar en soluciones basadas en la naturaleza a través de proteger los ecosistemas que forman parte del ciclo del agua como los ríos.
“Estoy convencida de que la solución no puede venir más que de las soluciones basadas en la naturaleza. Ellos dan por hecho que el agua vendría de quién sabe dónde y hablan de tecnologías, pero no hablan de los ecosistemas que son el origen del agua. Si no cuidamos eso, pues no va a haber planta de tratamiento, ni tecnología, ni planta desalinizadora que pueda traer el recurso”, señaló Gutiérrez.
Desde la perspectiva de Rafael Espinoza, las propuestas en lugar de considerar inversiones privadas, deberían de enfocarse en inversiones públicas enfocadas en ciencia, tecnología e innovación.
“La propuesta de desalinizar el agua del mar sencillamente implica comprar la tecnología extranjera y es una inversión muchísimo muy alta en lugar de que piensen, ‘vamos a fortalecer las instituciones de investigación de México para que nuestros científicos desarrollen nuestra propia tecnología’ y en lugar de comprarla seamos los pioneros a nivel latinoamericano y después vender nuestra propia tecnología”, comentó Espinoza.
Además Rafael Espinoza también le apuesta a la soluciones más sencillas que ataquen el problema de fondo como un gran programa de cultura del agua.
“Mientras no concienticemos a la población que debemos cuidar, que debemos ser más precavidos para el uso sustentable de nuestro recurso, así le podremos estar dando más agua a la población y lo que va a suceder es que la vamos a estar desperdiciando, la vamos a estar contaminando. Primero necesitamos este proceso de cultura del agua”, señaló.
Por su parte, Claudia Sheinbaum, candidata presidencial de la alianza entre Morena, Partido del Trabajo (PT) y Partido Verde Ecologista de México (PVEM), propone un Plan Nacional Hídrico basado en la revisión de la Ley Nacional de Aguas “para hacerla más integral” y de las concesiones otorgadas, un plan que es percibido como urgente para Gutiérrez pero que deben de ir acompañados de transparencia.
Sin embargo, hacer una revisión de la ley actual, desde el punto de vista de Rafael Espinoza es insuficiente, lo que se requiere es que se emita la Ley General de Aguas que se impulsa desde 2012 y que derogaría la actual Ley Nacional de Aguas, donde se podría incorporar un mecanismo para que se considere la opinión del IMTA antes de otorgar una concesión de agua para tener mayor control sobre la explotación del recurso.
“Esta Ley General de Aguas sí contempla al IMTA con más atribuciones, ya que debe asegurarse que va a permanecer y luego fortalecerse para que pueda cumplir sus atribuciones. Creemos los investigadores del IMTA que en la nueva Ley se puede meter un mecanismo para no permitir una concesión indiscriminada del agua por parte de la Conagua. Primero el IMTA debería de hacer un estudio de la cantidad de agua que hay en la cuenca y entonces determinar técnicamente si se puede o no se puede dar una concesión y de qué volumen. Así se garantiza que no se deteriore el balance hídrico de la cuenca hidrológica”, explicó Rafael.
En esta revisión también es necesario verificar la georreferenciación de las concesiones para diseñar políticas públicas y tomar decisiones sobre el tema.
“Desde el registro de las concesiones se ve cómo se está administrando el agua, con concesiones cuya georreferenciación está fuera del territorio mexicano. Y no solo es un error del propio registro, sino que las concesiones no son revisadas. Otorgan una concesión, pero nadie revisa que efectivamente los estás usando o no los estás usando, o a dónde se está yendo esa agua. Hay cero seguimiento. Es un tema que urge para no estar administrando el agua a ciegas, sino que absolutamente toda el agua esté medida y se le dé seguimiento a las concesiones. Entonces sí hay una falta de transparencia impresionante”, expresó.
Este seguimiento naturalmente implica considerar el fortalecimiento al área de inspección y vigilancia para lo que se requiere presupuesto y recursos humanos, señaló Gutiérrez.
“Se necesita fortalecer el área de inspección y vigilancia, pero al contrario, hay una reducción del presupuesto en general al ámbito ambiental y específicamente el del agua es patente. Entonces en discurso pueden decir y decir, pero el dinero destinado a agua cada vez es más reducido para administrar un bien cada vez más escaso del que depende cualquier forma de vida y, no digamos ya, el desarrollo económico y social”, apuntó Gutiérrez.
En el portal de agua.org.mx, un proyecto del FCEA, se habilitó un apartado donde se estará actualizando las propuestas de las candidaturas presidenciales respecto al tema de agua para que la ciudadanía pueda estar informada durante todo el proceso electoral.
Este artículo se publicó originalmente en Causa Natura Media.