Ciudad de México.-  Con 70 votos a favor, 43 en contra y dos abstenciones, el Senado aprobó en lo general el dictamen que reforma diversas leyes para crear el Fondo de Pensiones para el Bienestar.

El fondo será constituido por Hacienda como un fideicomiso público no considerado entidad paraestatal, en el cual Banco de México actuará como fiduciario, sin embargo, aún no tiene reglas de operación.

Este nuevo fondo consiste en una bolsa inicial de hasta 40,000 millones de pesos para garantizar jubilaciones del 100% del último sueldo, con un tope de casi 17,000 pesos.

Por ahora, este nuevo fondo de pensiones se allegará de los recursos de cuentas inactivas en las administradoras de fondo para el retiro (Afores) de trabajadores con 70 años en el sector privado y de 75 años en el sector público.

La reforma, aprobada por la Cámara de Diputados esta semana, precisa que no se dispondrá de los recursos de personas que hayan cumplido el requisito de edad, mientras se encuentren de manera activa en la formalidad.

La propuesta deriva de una reforma constitucional del presidente Andrés Manuel López Obrador, que implica más fuentes de financiamiento para el mismo fondo de pensiones en el futuro, como adeudos de diversas entidades por más de 88,500 millones de pesos.

Además, recursos producto de la enajenación de bienes por el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado y recursos procedentes de la liquidación de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario Rural, Forestal y Pesquero, extinguido en 2023.

El coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal, había asegurado que esta iniciativa sería aprobada por la mayoría legislativa de su partido en esta semana.

Había dicho que la mayoría legislativa buscaba que la reforma estuviera lista antes del 1 de mayo, Día del Trabajo, para que se pueda anunciar ante los trabajadores.

En tanto, la oposición integrada por PAN, PRI y PRD han anunciado que interpondrán una acción de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte.

El bloque opositor sostiene que el Gobierno está tendiendo una trampa y quiere quedarse con los ahorros de por lo menos 2.2 millones de mexicanos que tienen cuentas inactivas en las Afores.