En la capital del estado, hay al menos 51 accesos a playas públicas que se encuentran bloqueados, de acuerdo con información del departamento de Zofemat La Paz.
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La Paz, Baja California Sur.- El muro de escollera que está dentro de la propiedad y concesión de Zofemat del Hotel Marea en La Paz, Baja California Sur (BCS), que se extiende 47 metros mar adentro aproximadamente, es considerado violento por la comunidad de El Manglito, un barrio de pescadores que fundó la ciudad y que ahora señalan son criminalizados por usar y disfrutar la playa a la que históricamente han acudido.
“Soy hija de pescadores de El Manglito y ahorita tenemos esta situación en el Hotel Marea donde hay un muro de más de 20 metros de largo y dos de alto que nos violenta como pescadores y pescadoras del barrio y también a la ciudadanía porque es un espacio público. Las autoridades nos dicen que son libres (las playas) pero realmente vemos que no lo son”, señaló Andrea Mendez, presidenta del Comité Vecinal de El Manglito.
En la ciudad de La Paz, al noroeste de México, hay al menos 51 accesos a playas públicas que se encuentran bloqueados, de acuerdo con información del departamento de Zofemat La Paz.
La Zofemat, de acuerdo a su reglamento es la franja de veinte metros de ancho de tierra firme, transitable y contigua a la playa, mientras que la playa marítima es la parte de tierra que por efecto de la marea cubre y descubre el agua.
La Ley establece que el acceso a las playas y a la Zona Federal Marítimo Terrestre no podrá ser inhibido, restringido, obstaculizado ni condicionado salvo en los casos que establezca el reglamento.
En el caso de El Manglito, el Hotel Marea que colinda con la playa más cercana al barrio, ha emprendido acciones motivadas por mantener la seguridad y conservación. No obstante, vecinas del barrio señalan que estas acciones han sido utilizadas para obstruir el acceso a la playa, tratándose de un bien público como lo respalda la Ley General de Bienes Nacionales.
La comunidad pide que el Hotel Marea quite el muro de escollera que obstaculiza el libre tránsito en el área y que su seguridad privada deje de hostigar a quienes la visitan para poder disfrutar de la playa que también funcionaba de varadero para los pescadores de la colonia.
El Hotel Marea es un complejo que pertenece a socios extranjeros con una propiedad privada colindante con la Zona Federal Marítimo Terrestre (Zofemat), donde tienen un restaurante, áreas de eventos al aire libre, salones para eventos y un hotel boutique de ocho habitaciones.
Pero también frente al complejo turístico cuentan con cuatro concesiones de Zofemat y una concesión del espejo de agua que fueron adquiridos junto con la propiedad entre 2006 y 2007 aproximadamente, de acuerdo con Christian Alejandro Peña Covarrubias, director ejecutivo del proyecto.
Por temas de seguridad y de administración del espacio que les fue concesionado para conservación, señala Peña, tienen la responsabilidad de cuidar. Por tal motivo el proyecto cuenta con personal de seguridad privada que vigila la Zofemat permanentemente y cámaras de seguridad instaladas para salvaguardar los accesos en las calles Nayarit y Sinaloa.
“Tienes, como decimos, derechos y obligaciones. El derecho, obviamente, en establecer los mecanismos que al concesionario le convengan y en las obligaciones es, si tú tienes una concesión de conservación, realmente no puedes hacer mucho, sino solamente conservar. Si tú entras a la playa por los accesos verás que siempre tratamos de tenerla limpia”, explicó Peña.
La presencia de la seguridad privada se debe a que es una zona en donde circula poca gente por la noche y ha habido incidentes de asaltos, intento de violación debido a que, “hay mucho drogadicto que circula en la zona”, señaló Peña y que incluso han detenido a personas y ayudado a mitigar estos incidentes de seguridad.
“Cuidamos mucho esa parte para garantía de todos. No tenemos una barra o algo que diga, ‘propiedad privada’ o ‘concesión’, pero tratamos siempre de estar al pendiente por todos, no solamente por nosotros, sino por la gente que nos visita y la gente que camina”.
Sin embargo, un sector de la comunidad de El Manglito señaló que hay otras medidas como un horario establecido para visitar la playa que restringía el acceso hasta las 19:00 horas y unos muros de escolleras en la calle Sinaloa y en la Nayarit que han sido utilizados para segregar a la comunidad que habita históricamente la zona, obstaculizando el libre acceso y tránsito por la Zofemat y la playa.
“La gota que derramó el vaso” fue un incidente en el que aseguran que la seguridad privada del hotel solicitó el apoyo de la fuerza pública para desalojar a una familia del barrio que se encontraba pescando en la playa.
Como de costumbre, la familia de Juana Márquez fue la noche del 12 de octubre de 2023 a sacar pescado y camarón en la playa de El Manglito, a la altura de la calle Nayarit cuando aseguran fueron reportados por el personal de seguridad privada del Hotel Marea y rodeados por dos patrullas de la Policía Municipal con la intención de obligarles a abandonar la playa.
“Debemos empezar a buscar la manera de evitar este tipo de situaciones y seamos despojados de lo que nos pertenece y tenemos derecho a disfrutarlo libremente… El día de mañana tendremos que pagar para ingresar a la playa o sacar permiso en el hotel ya que se quieren adueñar de todo el barrio”, denunció al día siguiente en sus redes sociales Juana, vecina en el barrio de El Manglito.
Esta denuncia fue respaldada por las Guardianas del Conchalito, mujeres organizadas de El Manglito que se dedican a monitorear la salud y conservación de El Conchalito, uno de los humedales más importantes de la ciudad que se compone por una zona de manglar donde habitan aves migratorias y donde se reproducen las especies de las que depende la pesca de la comunidad de El Manglito.
Ellas junto al Comité Vecinal de El Manglito convocaron el 13 de octubre de 2023 a una manifestación a la que asistieron solidariamente personas de todos los sectores a acampar en la playa para defender el libre acceso a la playa.
Manifestación en la playa de El Manglito el 13 de octubre de 2023, de fondo el muro de escollera de la calle Nayarit. Fuente: Marco Mejía Cristhian Peña se presentó a esta manifestación ofreciendo una disculpa y explicó que se trató de una advertencia para retirarse de parte del personal. “Hay una regla operativa con lo de las concesiones, al ser concesionarios tenemos ciertos estatutos para salvaguardar el acceso porque estamos atendiendo huéspedes sobre todo por seguridad”, y señaló que estaba receptivo a los comentarios de la comunidad e hizo el compromiso de convocar a mesas de diálogo.
En su presencia se leyó el pronunciamiento donde se señaló que no era un caso aislado y que este había sido uno de muchos incidentes con la seguridad privada del lugar.
“El hostigamiento por parte del hotel ha sido constante en los últimos meses, ha hecho uso de la policía municipal y estatal con lo cual se viola el derecho de las personas a los espacios públicos abiertos y, en un ecosistema como el nuestro, también vulnera nuestra salud, además de amenazar nuestra identidad y la reproducción de nuestros saberes locales, lo cual no estamos dispuestos a acostumbrarnos… ¿A quién está cuidando la policía? ¿Por qué nos tenemos que retirar? ¿Por qué existe un muro perimetral del complejo marea que llega hasta el mar e impide el libre tránsito de un lado y del otro por un portón?”.
Además, señalaron que la restricción a las playas por parte de propietarios de predios colindantes a la Zofemat es un acto discriminatorio hacia el barrio y la ciudadanía, “pues asumen como propia una franja que no está en el comercio y cuyo dominio corresponde a la nación, este es un derecho humano por lo que no se puede restringir su acceso, uso, goce o disfrute”.
Después de octubre de 2023 se retiraron los horarios y no se ha vuelto a presentar ningún incidente en el que haya intervenido la seguridad privada del hotel o las fuerzas de seguridad pública. Sin embargo, en este transcurso Hotel Marea convocó a la comunidad a una mesa de diálogo en noviembre a la que no se llegaron a acuerdos debido a que la comunidad está firme en que se retire el muro que divide su barrio.
La inconformidad contra el muro de escollera desató una segunda manifestación en forma de intervención artística en enero de 2024 encabezada por la iniciativa Metiches por Naturaleza, las Guardianas de El Esterito y el Comité Vecinal de El Manglito.
Sobre el muro de escollera, el artista Elti Alejandro, pintó un mural que permite imaginar cómo se veía ese pedazo de playa antes del muro y sentenciaron que lucharán hasta las últimas consecuencias hasta ver el muro fuera.
“Por mí, yo estaría echándole fregazos a ese muro porque no es justo que nacimos todos aquí y corríamos todo esto (la playa) y venga un extranjero y nos diga, ‘quítense porque es mío’, ¿eso es justo? Es un abuso y vamos a llegar hasta las últimas consecuencias. Lo que me queda de vida, luchemos, vamos a luchar hasta no ver este muro fuera”, expresó la señora Lichu.
Este muro con el apoyo de otra escollera de menor tamaño, genera una superficie aproximada de 23 metros ganados al mar frente a la propiedad y la concesión del Hotel Marea, mientras que del otro lado del muro el mar cubre 47 de los 52 metros de la extensión total del muro de escollera.
Se desconoce si el muro, que se extiende desde la propiedad privada hasta mar adentro, cuenta con la autorización de Semarnat y de la Secretaría de Marina (Semar) para su construcción.
Peña comentó que el muro ya existía antes de que se instalara el hotel debido a que los anteriores dueños pertenecían a la familia Abaroa y tenían un varadero donde reparaban pangas, por lo tanto, fueron adquiridas con la compra del predio y de las concesiones.
“Esta primera concesión pertenecía a la familia Abaroa en su momento y ellos allí tenían un varadero pequeño. Entonces, esta barra siempre ha sido y está en los límites de la concesión. Las concesiones tanto del varadero como las de la playa tienen más de 40 años desde que fueron emitidos los títulos. Realmente el muro ya viene, está en los títulos, es de antaño, nosotros no hemos construido realmente nada, sino se ha respetado lo que ya se tiene. Así que eso no sabría realmente, no tendría el contexto porque esos títulos no fueron, no fueron solicitados en un momento por Marea o por el instituto, fueron trasladados solamente porque ya venían de un concesionario”, explicó.
En ese sentido, la comunidad ha señalado que se amplió el tamaño del muro de escollera hacia el mar y también en altura, sin embargo, Peña dice que, a raíz de un señalamiento de las autoridades sobre el mal estado de la escollera, se hizo el mantenimiento restaurándola pero no se modificó en sus dimensiones y de esta manera evitar que le revocaran la concesión.
“Porque tú nada más puedes dar mantenimiento y mejorarlas en el sentido de si tienes un muro y está todo salitrado, tienes que volverlo a hacer. Todo esto porque se mandan reportes cada determinado tiempo a la autoridad para mostrar las condiciones de la concesión y es lo que hacemos nosotros porque es una obligación como concesionario”.
Ante esto, Martha, quien forma parte de las Guardianas de El Conchalito, expresó que, aunque haya permisos o autorizaciones para construir el muro, el sentir de la comunidad es que la playa les pertenece históricamente y es importante porque es el último acceso al mar libre que le queda al barrio como consecuencia de la gentrificación.
“Dicen que porque el muro estaba antes de… pero ella (refiriéndose a la señora Juana) estaba antes del muro y antes de todo esto, pero nos fueron despojando poco a poco. Entonces a mi no me vas a hablar de los papeles, los puedes tener, eso no te lo vamos a pelear porque no tenemos el recurso para tener una concesión como está pero por derecho nos pertenece. No sabemos si estamos bien o mal, pero es lo que sentimos”.
Por su parte, Marea aclaró que no buscan dividir a la comunidad y que crearon un grupo interdisciplinario para convocar a una mesa de diálogo donde haya una persona mediadora y poder llegar a acuerdos.
“Yo no he querido ser tampoco partícipe de crear un problema interno en la comunidad, entre el comité, los pescadores. Claramente el objetivo es llegar a un acuerdo, y mejorar la relación que tenemos y estamos en eso, ya platicamos y estamos con todas las ganas de que esto mejore para todas las partes y para hacer de El Manglito un lugar para todos, que lo es, pero hay ciertos temas que hay que limar nada más”, señaló Peña.
Mientras que el sentir de las vecinas es que, para hacer comunidad, lo primero que se tiene que hacer es tumbar el muro.
“La intención es que este muro tarde o temprano desaparezca, por eso estamos diciendo, ‘destruir para construir’, construir comunidad”, señaló Arturo Hernández, dirigente de Metiches Por Naturaleza.