• Ni perdón ni olvido.
Todo indica
que el gobierno de Víctor Manuel Castro Cosío, no está dispuesto a perdonar ni
faltas ni atrocidades, y mucho menos una ilícita sustracción a las arcas.
Ya lo
demostró con el caso INVI. Donde, --según se dice--, aún existen personajes con
un pie adentro de la cárcel y otro afuera.
Y aún está
pendiente el otro caso. El del exalcalde Rubén Muñoz.
Así es.
Aquel
individuo que una a una suma perversidades con sus desastrosas actuaciones no
solo en el quehacer público, sino también en el privado.
Veamos, de
acuerdo al medio de comunicación El Informante BCS con fecha 28 mayo 2018,
publicó un encabezado que dice “Rubén Muñoz y esposa fueron denunciados por
hechos que pudieran constituir un delito.
Al inicio de
la nota dice: “Derivado del pasado debate radiofónico entre candidatos a
alcalde de La Paz, resaltó una denuncia en contra de Rubén Gregorio Muñoz
Álvarez, candidato del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) interpuesta
ante la Agencia del Ministerio Público de La Paz”.
Luego cita:
“De acuerdo con uno de los candidatos, fue en 2012 cuando Muñoz Álvarez fue
denunciado por Cindy Janet Cruz Mesta por hechos que pudieran constituir un
delito y/o privación ilegal de la libertad, esto de acuerdo a la averiguación
previa LPZ/268/AMP5/2012”.
Y enseguida:
“La afectada dijo que ocupaba el puesto de asistente y recepcionista en la
empresa Century 21, donde el ahora candidato a alcalde de Morena se desempeñaba
como “mi jefe directo”.
Hasta aquí
por el momento, en tanto archivamos el texto restante.
Sin embargo,
sé que Rubén Muñoz, prestó sus servicios en esa empresa privada.
Y lo que
también advierto es que en estos momentos Rubén Muñoz, cándidamente ha tendido
la cama del diablo para acostarse en ella.
Y todo,
porque derivado de su arrogancia y soberbia, acostumbra hacer mucho ruido desde
donde quiera que está, como lo hizo a su paso por el ayuntamiento de La Paz,
pero que hoy, sabedor de su nefasto proceder, y que por ello la justicia le
pisa los talones, opta mejor por guarda silencio.
Y le pisa los
talones, no por lo anterior que de alguna manera supo esquivar, sino por el tan
sonado caso Punta Norte.
Es decir,
aquel desarrollo inmobiliario del cual se habló mucho en 2021 y que generó gran
polémica e inconformidad.
Sobre todo,
en lo que se refiere al cambio de uso de suelo.
Esa vez, el
alcalde dejó entrever su gran desesperación porque se aprobará ese documento.
Y justamente
unos días después, es decir el 25 de marzo de ese mismo año, en Sesión de
Cabildo se aprobó el cambio de uso de suelo para que se construyeran viviendas
en esos lotes ubicados en las inmediaciones de la carretera La Paz-San Juan de
la Costa.
Pero, para
desgracia de Rubén Muñoz, tras tomar posesión la administración encabezada por
Milena Quiroga, los integrantes del nuevo Cabildo, el 14 de marzo de 2022 le
dieron para atrás a ese acuerdo.
Por eso se
cree que a estas alturas, este multicitado personaje no puede conciliar el
sueño.
Y no es para
menos puesto que, según se sabe, la Fiscalía Especializada en Combate a la
Corrupción del Estado, ya ordenó su presentación para que enfrente hechos que
podrían constituir delitos de corrupción sobre los cuales aparentemente existen
pruebas suficientes.
Claro que
antes de ello, desde Baja California Sur están pidiendo su desafuero, porque no
hay que olvidar que se trata de un flamante diputado federal.
En fin, no
hay nada nuevo en todo esto. Dijo la propia alcaldesa Milena Quiroga Romero,
que existió una red de corrupción de los anteriores administradores del
ayuntamiento de La Paz.
Y frente a
esa podredumbre que sale de esa pestilente cloaca que con valentía levantó
Milena Quiroga, también es bueno saber que están en marcha auditorías externas.
Ahora bien,
por lo visto, el primero en colocarse en esa fila de corruptos ha de ser este
personaje, y lo digo por ser el mayor responsable como alcalde que fue.
¿Y cómo no
hablar de corruptelas cuando de antemano se dijo que Rubén Muñoz tenía más de
100 aviadores en su administración? Y ¿cómo no hablar de corrupción cuando en
su última sesión de cabildo el regidor Pavel Castro Ríos, lo cuestionó
severamente sobre el desvió de más de 38 millones de pesos?
En síntesis,
¿cómo no hablar de corruptelas cuando se afirma que también en esa
administración durante los tres años de gobierno el endeudamiento creció a
pasos agigantados al grado de llegar a mil 394.4 millones de pesos actualmente,
lo que representa casi el 70 por ciento del presupuesto anual del Ayuntamiento
de La Paz?
Además, otra
cosa que deja entrever malos manejos es que no se solventaron observaciones
cuantificadas en 110.2 millones de pesos. Es decir, cuyos recursos no se
encuentran respaldados con la documentación original que justifique y compruebe
el destino de los mismos.
Esto, más
aquello de que la deuda con “terceros institucionales” creció de 502 millones
904 mil pesos a 883 millones 978 mil 541 pesos; es decir, más de 381 millones
de pesos.
Rubén Muñoz,
no es pues, una blanca palomita.
Cuestión de
tiempo.