• Error de Xóchitl Gálvez cuestionar la seguridad en BCS. • Baja California Sur se encuentra entre los mejores calificados en percepción de seguridad ciudadana en el país. • A Oscar Leggs se le puede acusar de ser pésimo administrador de dinero público, pero que esté ligado al crimen requerirá de mostrar pruebas.
Uno de los aciertos de la
actual administración estatal es el de contar con uno de los mejores niveles de
percepción de seguridad entre la ciudadanía a nivel nacional. De hecho, Baja
California Sur se encuentra como la entidad posicionada en segundo lugar en
todo el país con mejores resultados en este rubro entre su población.
Por supuesto que este logro ha
sido resultado de una excelente coordinación entre las instituciones y
corporaciones federales, estatales y municipales.
Por ello fue un error de la
candidata del frente Fuerza y Corazón por México, tomar como eje principal de
su discurso en su reciente visita a la entidad, el tema de la inseguridad.
Cuestionar a las autoridades
locales en este tema, es definitivamente un error.
Por supuesto que no se trata
de desconocer que el problema delictivo está presente, pero en niveles muy
lejanos a los que se registran de manera grave en otras entidades del país.
La seguridad en Baja
California Sur, es en general, aún muy aceptable, es un tema que se cocina muy
aparte del resto de las entidades del territorio nacional. No se trata de
minimizar o subestimar el fenómeno delictivo, pero justo en este renglón, esta
zona del país, es totalmente distinto.
Por supuesto que existen
muchos otros temas que pueden ser cuestionados o tomados como bandera de lucha
electoral por la oposición a las actuales autoridades estatales y municipales
emanadas de Morena.
Pero en materia de seguridad,
simplemente no se puede aplicar la misma fórmula de cuestionamiento a la
seguridad como en otras zonas.
Desde luego que se registra
una actividad delictiva, eso es evidente.
Pero hasta ahora para fortuna
de los sudcalifornianos, esta no ha llegado a un grado de descontrol que se
observa en gran parte del país.
Por el contrario, entre lo que
se puede se puede resaltar como logros de las actuales autoridades es
justamente este asunto de la seguridad que se mantiene en niveles muy
aceptables por parte de la ciudadanía según mediciones del INEGI.
Que la candidata del frente
opositor tratara de resaltar este tema como una carencia local, tal como sucede
en otras partes, simplemente está fuera de foco.
No es prudente ser alarmista y
considerar a la media península sobre la seguridad, de la misma manera que
otras regiones de México.
Por ello la visita de Xóchitl
Gálvez no tuvo la empatía ciudadana que panistas, priistas y perredistas
esperaban.
Acusar, por ejemplo, al
alcalde cabeño Oscar Leggs de estar coludido con la criminalidad es un
señalamiento muy serio que por supuesto en su momento se tendrán que mostrar
pruebas de ese dicho para evitar problemas legales
A Oscar Leggs se le puede
señalar, porque hay evidencias de ello, de ser pésimo administrador de recursos
públicos, incluso la Auditoría Superior de la Federación (ASF)lo tiene señalado
por la falta de comprobación del uso de más de mil millones de pesos de dinero
federal.
Incluso se le puede cuestionar
por su negligencia en lo que se refiere a las cuentas públicas que no le han
sido aprobadas en el Congreso del Estado.
El alcalde de Los Cabos hasta
podría ser señalado de presunta corrupción, pero acusarlo de ser cómplice de la
criminalidad es otra cosa.
Por ello seguramente los
asesores de Gálvez en la entidad tendrán que calcular bien sus expresiones
futuras y los argumentos de la candidata presidencial si lo que se busca es
tener empatía y apoyo de los sudcalifornianos.
Un dato duro es que la media
península es una entidad segura, más segura que otras regiones según han
informado las instituciones encargadas de medir este rubro.
Así que es evidente que ese
discurso en la localidad no impacta como podría permear en el ánimo de
ciudadanos de otros Estados.
Obviamente la competencia
política apenas empieza y veremos cómo los posicionamientos discursivos pueden
elevarse de tono según transcurra el proceso electoral.
Podrían quizás ser muy duras
las expresiones de los candidatos de todos los partidos, pero nunca lejanos de
la realidad.
¿No le parece así amable
lector?