En privado
No robar, no mentir, no
traicionar, son los principios elementales en donde Morena cifra sus razones
para llevar a feliz término la Cuarta Transformación.
Pero hay quienes optan por
prestar oídos sordos a estas demandas y exigencias que son base del gobierno
que a nivel nacional encabeza Andrés Manuel López Obrador y a nivel estatal
Víctor Manuel Castro Cosío.
Concretamente, uno de esos
nocivos personajes lo es Rubén Muñoz Álvarez.
Un tipo que, arropado por la
soberbia y la arrogancia, olvida que luego de columpiarse en los hilos del
priismo y el panismo, un día Morena le abrió la puerta.
Sería así como de la noche a
la mañana se convertiría en neo-izquierdista.
Sin embargo, aquellos
principios a los que hago alusión líneas arriba fueron, y han sido letra muerta
para alguien como Rubén Muñoz Álvarez, que empecinado se inclina por hacer
justamente lo contrario.
Luego entonces, sin escuchar
ni guías, ni razones, ni consejos, este tipo se ha desplazado por obscuros
callejones y senderos erróneos.
Y ahí va, a veces yéndose de
bruces y en otras dando traspiés, olvidando –por ejemplo— que su presidente
Andrés Manuel López Obrador y su gobernador Víctor Castro Cosió son partidarios
de la honestidad, la sencillez y la humildad.
Pero él devorado por la
ignorancia, ensimismado en escalar posiciones y engolosinado por llenar sus
bolsillos de billetes, prefiere taparse los oídos para no escuchar.
Por eso hoy, esa embarcación
en la que se ha subido navega sin rumbo y sin brújula.
Y lo peor en aguas
turbulentas.
Tan turbulentas, que no lo
llevarán a puerto seguro.
Veamos.
A estas alturas, en una
incómoda posición equilibrista, Rubén mantiene un pie adentro de la Diputación
y el otro afuera.
Pero conste, no es porque,
--tal como sueña--, pretenda solicitar licencia para ser candidato a senador.
De ninguna manera.
Sino porque desde Baja
California Sur están pidiendo su desafuero. (léase su cabeza).
En pocas palabras, este tipo
tiene cuentas pendientes aquí.
Así es.
Y voy al grano.
Según la Fiscalía
Especializada en Combate a la Corrupción del Estado, Rubén Muñoz debe enfrentar
hechos que podrían constituir delitos de corrupción sobre los cuales
aparentemente existen pruebas suficientes.
En efecto, se trata nada menos
que del tan sonado caso Punta Norte.
Si, de aquel desarrollo
inmobiliario del cual se habló mucho en lo que se refiere al cambio de uso de
suelo.
Esto fue allá por el mes de
marzo de 2021.
Y fue justamente el 25 de
marzo de ese año, cuando en Sesión de Cabildo se aprobó el cambio de uso de
suelo para que se construyeran viviendas en esos lotes ubicados en las
inmediaciones de la carretera La Paz-San Juan de la Costa.
Pero, tras tomar posesión la
administración encabezada por Milena Quiroga, los integrantes del nuevo Cabildo
olieron algo pútrido en todo eso y por tanto, el 14 de marzo de 2022, le dieron
para atrás a ese acuerdo.
Entonces, al darse cuenta que
su teatrito se lo echaron por tierra, de inmediato, Rubén se dejó venir para
luchar por volverlo a armar, pero el golpe ya estaba dado.
Yo en lo personal, había
escrito que esa nefasta y dudosa autorización se había dado en Fax Trac.
Y dije las razones, porque fue
precisamente en esos segundos cuando Rubén ya había alistado sus maletas para
irse al Congreso de la Unión. (léase candidatura).
En síntesis, a estas alturas,
esa cantinela de: “# Es Rubén”, que se anuncia en algunas bardas de nuestra
ciudad, constituye un arma de dos filos para este multicitado personaje.
Es decir, la deberá pensar dos
veces para pedir licencia en sus intenciones de competir por la senaduría.
¿Por qué…?
Porque al hacerlo se pondría
de pechito para ser investigado.
Y sería fabuloso que, de paso,
aprovechen para investigar el desastre, la ruina y la devastación económica que
hizo a su paso por el Ayuntamiento de La Paz.
Donde, por cierto,
correspondió a Milena Quiroga no solo hacer el recuento de los daños, sino
luchar denodadamente por rescatar algo de los escombros.
Cuestión de tiempo.