• Mónica Soto encabezó su primer evento como nueva presidenta, pero a la ceremonia faltaron los magistrados Janine Otálora y Reyes Rodríguez.
Estado de
México. - El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación (TEPJF) comenzó el año marcado por las elecciones más grandes en su
historia, en medio de las divisiones internas, controversias y dos vacantes por
la inacción del oficialismo en el Senado para cumplir con los nombramientos.
Mónica Soto
encabezó este miércoles su primer evento como nueva presidenta del TEPJF, pero
a la ceremonia faltaron los magistrados Janine Otálora y Reyes Rodríguez, quien
renunció a la presidencia del organismo en diciembre pasado en medio de
presiones de la actual titular y sus dos aliados.
“México
puede estar tranquilo, cuenta con un tribunal con autonomía e independencia”,
manifestó Soto en su discurso.
Rodríguez
dimitió en diciembre “para mantener la funcionalidad de la institución y
encauzar su gobernabilidad” ante las críticas de Soto y los otros magistrados
Felipe Fuentes Barrera y Felipe de la Mata, quienes denunciaron una “pérdida de
confianza” por su manejo administrativo del tribunal.
Pero
Rodríguez argumentó que la inconformidad de sus compañeros se debió a las
medidas de austeridad que impulsó para el Tribunal Electoral.
A esta
división se suman las dos vacantes pendientes en el Senado, donde el partido
del presidente Andrés Manuel López Obrador no ha hecho los nombramientos.
Apenas el
18 de diciembre, en medio de la controversia, el mandatario denunció “que este
tribunal electoral ha hecho cosas completamente antidemocráticas”, como remover
a dos candidatos de su partido en 2021 buscaban competir por los gobiernos de
Guerrero y Michoacán.
El
conflicto en el Tribunal Electoral, que tiene la última palabra para definir a
ganadores y candidatos, ocurre mientras México está por tener la elección más
grande de su historia.
Además de
renovar la presidencia, más de 97 millones de mexicanos están llamados a
renovar 20,375 cargos federales, incluyendo los 500 escaños de la Cámara de
Diputados y los 128 del Senado, así como nueve gobiernos estatales: Chiapas,
Ciudad de México, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y
Yucatán.
“No es un
borrón y cuenta nueva, por el contrario, debemos sentirnos orgullosos por lo
que hemos construido en los últimos 28 años y estar comprometidos con preservar
la independencia y la autonomía de este órgano, valores que seguiremos
defendiendo a plenitud”, remarcó Soto.
El Tribunal
Electoral se creó en 1996 con una reforma constitucional que pretendía
garantizar la autonomía de las elecciones, antes en manos del Gobierno y el
entonces hegemónico PRI.