La Paz, Baja California Sur.- El obispo de La Paz, Miguel Ángel Alba Díaz  afirmó que en Baja California Sur (BCS) no se vive con el miedo como otros paisanos, que se han visto en la necesidad de abandonar sus hogares por la inseguridad.

Afirmó que le da gracias a Dios que lo envió a esta diócesis que no solo se llama Diócesis de La Paz, sino que verdaderamente es una Diócesis de paz, al hacer una comparación de lo que se vive en materia de seguridad en entidades como: Nuevo León, Coahuila, Guanajuato, Guerrero, Michoacán, Oaxaca y Chiapas, y enfatizó que admira y felicita al pueblo sudcaliforniano porque se ha logrado conservar un ambiente de paz, tranquilidad y serenidad.

Señaló que aquí también hay violencia, delincuencia organizada, pero no en los niveles de inseguridad que se viven en otras zonas del país.

“Yo me admiro y felicito al pueblo entero porque hemos conservado un ambiente de paz, de tranquilidad y de serenidad, porque nosotros no vivimos con ese miedo con el que viven tantos paisanos nuestros, con el que viven muchos que se han visto obligados abandonar su hogar su pueblo por miedo a tanta inseguridad, a las bandas que dominan ese territorio. Vivimos en paz. Es verdad, también aquí puede haber violencia, también aquí hay delincuencia organizada, pero ni para cuándo tengamos los índices de inseguridad que reinan en el país”, expresó.

En el marco de su mensaje por el nacimiento de Jesús, monseñor Alba Díaz llamó a los feligreses a tener como propósito ser constructores de esa paz, de prosperidad, a la que tienen derecho las nuevas generaciones.

Pidió porque esa tranquilidad se recupere en los hogares, donde hay conflictos maritales que llegan hasta la separación o el divorcio y que desgarra a los niños.

“Pidamos a Dios que nos ayude a conservar la paz en el seno de nuestros hogares; también allí muchas veces la paz se ve quebrantada por los conflictos entre marido y mujer, que a veces llegan hasta la ruptura hasta el divorcio hasta la separación y que muchas veces desgarra a los niños que se sienten arrastrados por un lado por su padre y por otro lado por su madre y que se convierte así en la víctima de uno y de otro”, mencionó.

Reiteró el llamado a los feligreses a conservar la paz en nuestros pueblos, en nuestras ciudades, a ser capaces de oponerse a todo aquello que rompa la paz, a todo aquello que merma la felicidad, a todo aquello que dificulta la prosperidad en estos tiempos.