• Amenaza Leggs con “hacer llorar a varios” que supuestamente armaron un boicot en su contra. • Alcalde cabeño y sus principales colaboradores convertidos en burdos defensores de un proyecto que se hunde. • Alguien tendrá que revisar en serio, el manejo de la dirección de Obras Públicas de Los Cabos a cargo del oriundo de Mexicali, y protegido del senador Ricardo Monreal, Ramón Adrián Marín Cota.
Luego de la conclusión de los
informes de los alcaldes de Baja California Sur, se espera que los alcaldes se
concentren en tratar de impulsar sus respectivos proyectos políticos ya que en
su mayoría (cuatro de cinco) pretenden reelegirse en el cargo, En ese sentido
quien más desesperado se muestra es el cabeño Oscar Leggs.
No es para menos que el
oriundo de El Migriño ya muestre señales de angustia.
Su desorden administrativo
cada día está más a la vista de todos.
Son infructuosos los torpes
intentos de frenar la adversa ola mediática que todos los días crece
irremediablemente.
La negligencia siempre tiene
su costo.
Y es el caso.
Con la cuenta pública del 2021
reprobada por el Congreso del Estado que se suma a la poca claridad en el
manejo de dinero federal evidenciado por la Auditoría Superior de la
Federación, es lógico que Oscar Leggs intente sin éxito levantar la voz.
Y cómo no hacerlo si lo que
pretende a pesar de esa adversidad administrativa es precisamente ser candidato
a la reelección.
En serio los cabeños no
merecen a alguien que evidentemente ha manejado tan torpemente las finanzas
municipales y a pesar de ello, vuelva a ser alcalde.
¿Tres años más de negligencia
administrativa?
¿Y los valores que defiende
Morena partido por el cual pretende postularse a la reelección en el cargo, no
le va a exigir que cumpla con estos preceptos?
Son ya tres tesoreros los que
han pasado por esta administración apenas en año y medio y el rio de irregularidades
en al manejo de los recursos no cesa y todo indica que así seguirá.
Basta con observar la fila de
proveedores que guardan un pertinente silencio y esperan ansiosos que se les
cumpla con los pagos pendientes.
Alguien tendrá que revisar a
fonmdo, por ejemplo, cómo se maneja la dirección de Obras Públicas en la
contratación de servicios propios de esta área a cargo del oriundo de Mexicali,
Ramón Adrián Marín Cota, por cierto, acuerpado y recomendado en su momento por
el senador Ricardo Monreal Ávila. Ahí el ruido crece cada día más.
Ahora Leggs amenaza con “hacer
llorar a varios” porque anunció que despedirá a elementos que según consideró,
con su actuar fortalecieron un boicot en su contra y evitaron con ello que Cabo
San Lucas tuviera suficiente suministro de agua.
Es evidente que el alcalde de
Los Cabos entró ya a la fase de buscar culpables de una situación que lo agobia
y que por más esfuerzos que hace no logra superar.
Oscar Leggs entró ya a una
arena movediza en la que entre más se mueve, más se hunde.
Finalmente, la incapacidad de
sus principales colaboradores lo llevaron a un resbaladizo terreno del que
parece que ya no hay reversa.
No bastan las bravuconadas ni
los gritos y expresiones altisonantes que resultan carísimas en su socialización
y que no tienen el efecto esperado de sensibilizar a la opinión pública.
No solo se requiere tener un
buen mensaje, es necesario por supuesto, contar con eficientes mensajeros y en
ese sentido Oscar Leggs está literalmente perdido.
Pésimos administradores, así
como limitados y torpes estrategas para sacarlo de una condición en la que por
principio tendrá que sacudirse la ventaneada que ya le dio la Auditoría
Superior de la Federación (ASF). Son muchos millones de pesos de dinero federal
sin solventar. (mil 476 millones 138 mil 200 pesos).
Y aún falta ver cómo resulta
la revisión de la cuenta pública 2022.
Así que de aquí las próximas
semanas en que se tomarán decisiones políticas, Leggs tiene el serio problema
de demostrar que en efecto cuenta con suficiente calidad moral y administrativa
para aspirar a ser candidato a la reelección.
Como era de esperarse, luego
de su segundo informe, Leggs Castro y sus principales colaboradores convertidos
en burdos defensores de un proyecto que se hunde, entraron ya a la etapa de
quejarse de otros por los efectos negativos que sus propias torpezas han
generado.
Entraron ya al modo “quejarse
de los demás”
Obviamente los lamentos del
alcalde cabeño apenas empiezan.
Ya veremos qué sucede antes de
que concluya el presente año.
¿No le parece así amable
lector?