Muy buenos días estimable Lector, gracias, muchas gracias por continuar prefiriendo este su Diario El Independiente.
Inicio esta columna comentando
a Usted; Señoras y Señores aspirantes a la Presidencia de la República, las
mexicanas y los mexicanos consideran que es el momento de implementar acciones,
juntos sociedad y gobiernos, con el objetivo y determinación para superar los
retos de la pobreza; lograr mas igualdad, erradicar la desigualdad,
injusticias, marginación y rezago, agravios que actualmente padecen comunidades
olvidadas por la justicia. Solo así sociedad y gobierno avanzaran con paso
firme hacia la transformación democrática de México.
Hoy las nuevas generaciones
les reclaman a sus gobiernos certidumbre para el futuro de la vida democrática
de nuestro País, considerando que están obligados a satisfacer sus legítimos
anhelos, igualmente preservar la soberanía de la Nación y garantizar las
libertades, son condiciones indispensables para lograrlo, de lograr esta
transformación de la sociedad mexicana vamos a una nueva forma de apreciar las
condiciones en la que nos estamos desarrollando, y obedecen a una demanda
legitima de los mexicanos de que queremos cambiar y adecuarnos al contexto
internacional en el que México está actualmente inmerso. Ahora bien; en un
momento marcado por la incertidumbre, México tiene que reafirmar en el gran
consenso de su sociedad y con las lecciones de su propia historia, su destino
soberano, su independencia, su nacionalismo y su búsqueda de una sociedad justa
en las libertades y la democracia.
Pasando a otro tema: el
combate contra el narcotráfico es un asunto prioritario de cooperación
internacional entre nuestros Países, en virtud de que la cadena delictiva del
trafico de estupefacientes rebasa límites geográficos y fronteras. La
producción, el tráfico ilícito y el uso indebido de estupefacientes, es en
algunos de nuestros países un problema de seguridad social. Su combate es para
México razón de estado, porque amenaza la estabilidad de nuestras instituciones
y afecta la salud de la mayoría de los jóvenes.
Por otro lado; los mexicanos
debemos condenar la violencia y la inseguridad, haciendo valer el Estado de
Derecho, pero también tenemos que preocuparnos por construir condiciones
sociales adecuadas para que todos dispongamos de mejores niveles de vida y de
alternativas de empleo para satisfacer nuestras necesidades y expectativas. Al
defender el Estado de Derecho, damos plena garantía para la cabal expresión de
la voluntad y de las libertades de cada uno de los mexicanos. En el Estado de
Derecho todos somos iguales, nadie debe ser atemorizado. Todos en la Ley
debemos encontrar nuestro máximo recurso, todos en la Ley tenemos nuestra mayor
seguridad y libertad.
Concluyo: Nuestra Constitución
otorga certidumbre en el destino de México, como acción, porque se funda en el
Estado de Derecho en que vivimos. Los caminos que buscan evadir el Estado de
Derecho conducen a la inestabilidad “No hay certidumbre posible sin Estado de
Derecho”.