• Ni canonjías ni privilegios.
No me cabe la menor duda que
una de las luchas frontales de Morena desde que asumió el poder, ha sido sin
duda en contra de los privilegios, las prebendas y las canonjías.
Y en ello, con pleno conocimiento
de causa han hecho énfasis tanto Andrés Manuel López Obrador desde la
presidencia, como Víctor Castro Cosío desde la gubernatura.
Este último en el caso
concreto del estado de Baja California Sur.
Y no es para menos, cuando
ambos sabían que la mayoría de los abusos cometidos en el pasado estuvieron
basados justamente en el perdón de las concesiones y de las franquicias.
Fenómenos que tenían mucho que
ver con regalías y dispensas.
Y de ahí, claro, las
corruptelas y las desvergüenzas, desde arriba hasta abajo.
Sin embargo lo que hoy llama
poderosamente la atención es que los partidos políticos sigan disfrutando de
millonadas de pesos bajo el supuesto de “Prerrogativas”.
¿Por qué la crítica en este
sentido?
Porque prerrogativa, no deja
de ser sinónimo de privilegios, de prebendas y de canonjías. Justo donde se
centra la lucha frontal de Morena.
Y es que lamentablemente en
todo eso estriba la cómoda postura de los actores políticos a sabiendas de que
no gastarán recursos propios.
Por el contrario, saben que
recibirán prebendas y publicidad gratis, en cuyas acciones, por supuesto, dejan
en claro sus intereses personales y perversos.
Por supuesto que aquí mismo
son criticables las alianzas.
Porque las alianzas entre
partidos han servido solamente para dos cosas: impulsar intereses personales y
burlarse del pueblo.
¿Por qué? Porque se han dado
casos del todo incomprensibles, además de abominables y detestables como los de
aquellos partidos en que uno de ellos se autocalifica de extrema derecha y el
otro de extrema izquierda.
Es decir que se clasifican
como el agua y el aceite y no se pueden mezclar.
Pero en ese intento de
alcanzar el poder, y sin importarles ni principios, ni ética, ni ideologías, se
han aliado.
Luego entonces asoma aquí, por
un lado, la desvergüenza de los dirigentes, y el otro la decadencia de los
partidos políticos. Cosa que por supuesto les importa muy poco cuando su única
intención es obtener la victoria a como dé lugar.
Así pues la crítica de hoy
lleva buen sentido cuando sabemos que estos pagos millonarios que emanan de
nuestros impuestos, vía el INE, no dejan de ser más que un privilegio para los
partidos políticos.
Y ello se torna aún más
criticable cuando nos damos cuenta que por otro lado no solo se siguen
registrando, sino que van en aumento esos fenómenos nocivos que atentan contra
la estabilidad social y el pueblo en general.
Entre otros el aumento de la
pobreza extrema, y el incremento de la delincuencia que lleva implícitos,
robos, consumo de droga y asesinatos, entre muchos más.
Por todo lo anterior una vez
más, he de ser reiterativo que en mis momentos de reflexión siempre he pensado
que pese a todo lo que se diga, -por sí sola-, la política-política, no es ni
malévola ni corrupta.
Sino que más bien es como el
agua: pura, cristalina, transparente. Y por consiguiente no dejo de pensar que
son los actores, hombres y mujeres, quienes la pervierten, la prostituyen, la
tuercen.
Más aún, me atrevo a pensar
que hay quienes en sus perversas ansias de poder, hasta son capaces de tornarla
dictatorial, conduciéndola por esos senderos equivocados de la bajeza y la
ruindad.
Por todo ello, he comprendido
que -en efecto-, son aquellos quienes se sirven de ella, tanto hombres como
mujeres los únicos responsables de violarla, de trasgredir sus normas y
desvirtuar sus acuerdos.
Por tanto, son ellas y ellos
los únicos responsables de conducir la política por los caminos de la
malignidad y la bajeza.
Y es así, justamente como en
nombre de la política fácilmente se conspira, se confabula, y se entretejen
falsedades.
Y sin la más mínima ética y
sin el más mínimo principio de moral, se deshonra, se eslabonan ingratitudes,
se fraguan corruptelas, y al amparo de ella, eslabonan deshonestidades,
destrozan honras, tejen redes de corrupción y cubiertos con la misma cobija,
buscan cohabitar con la perversidad solo para parir maldades.
Peor aún, esgrimiéndola como
escudo, los grupos se dividen, las buenas amistades se fragmentan y las
familias se desarticulan.
Inclusive, ya perdidos en ese
laberinto de complicidades y depravaciones, desde las altas esferas del poder,
los actores, hombres y mujeres, se sientan al pórtico de sus casas para ver
pasar el cadáver de sus enemigos y si se quiere de sus amigos.
Y no solo eso, sino que son
capaces de ver correr la sangre inocente y sin asomo de dolor en su semblante
sepultan a sus muertos.
Pero frente a todo eso, la
lucha contra los privilegios emprendida por nuestro gobernante, Víctor Castro
Cosío, es bienvenida por todo el pueblo.
Cuestión de tiempo.