• Sentenció que la desigualdad de género afecta principalmente a las mujeres, pues al realizar el mismo trabajo o tener el mismo nivel de puesto, ganan menos que los hombres; “A trabajo igual, salario igual”.
La Paz, Baja California Sur.- En
el marco del “Día Internacional de la Igualdad Salarial” la diputada María
Luisa Ojeda González presidenta de la Comisión de Igualdad de Género, se
pronunció por generar una nueva cultura laboral igualitaria y libre de
violencias, que reconozca en igualdad de oportunidades y condiciones el trabajo
que realizan las mujeres, ya que les permitirá lograr el empoderamiento de las
mujeres en todos los espacios, beneficiando a las familias y en su conjunto a
la sociedad; del mismo modo, para que se eliminen los sesgos y prejuicios que
lleven a pensar que hay trabajos para hombres y mujeres, “hay trabajo y esta
visión androcéntrica es la que obstaculiza la construcción de relaciones
igualitarias que llevan a reproducir la inequidad en la justa retribución de
los salarios”, indicó.
Lo anterior toda vez que, pese
a que existen leyes tales como como: la Ley Federal del Trabajo; la Ley Federal
para Prevenir y Eliminar la Discriminación (aprobada desde 2003); y la Ley
Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos, que han sido presentadas
como esfuerzos para "prevenir y eliminar la desigualdad” existen para
abatir lo que se conoce como brecha salarial entre hombres y mujeres.
Ojeda González sentenció que
la desigualdad de género afecta principalmente a las mujeres, pues al realizar
el mismo trabajo o tener el mismo nivel de puesto, ganan menos que los hombres;
añadió que, de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO),
las mujeres deben de trabajar 51 días adicionales para tener el mismo salario
que los hombres, por cada cien pesos que recibe un trabajador, una trabajadora
recibe ochenta y seis pesos, por otra parte, según cifras del Instituto Nacional
de las Mujeres (INMUJERES), las trabajadoras mexicanas ganan treinta y dos por
ciento menos que los hombres.
En conclusión, la legisladora
conminó a autoridades a tomar consciencia desde los espacios de representación,
para evaluar las disparidades antes mencionadas, y cuestionarse sobre qué
políticas y acciones reales se están adoptando para erradicar las prácticas que
atentan contra la dignidad, la salud emocional y la economía de las
trabajadoras.