• Oscar Leggs, (el burro hablando de orejas) exige unidad y cuestiona a supuestos “acelerados”. • Desesperación de alcalde cabeño ante la cada vez más complicada reelección. • Por lo pronto ya no cuenta con el apoyo del PT que impulsará a los legisladores Cristian Agúndez y Gabriela Montoya.
La desesperación política cada
vez más evidente del alcalde de Los Cabos, Oscar Leggs queda evidenciada en sus
acalorados discursos en donde exige y resalta la necesidad de la unidad
política, pero al mismo tiempo amenaza a los que considera andan “acelerados”,
o sea el burro hablando de orejas.
Nadie puede negar que si ha
existido un actor político acelerado es precisamente el alcalde de Los Cabos
Oscar Leggs Castro, que incluso se ha dado el lujo de participar en cabalgatas
y de repartir diversos apoyos en otros municipios, sin que hasta ahora haya
explicado a las autoridades estatales y cabeñas de dónde proviene el recurso
económico para impulsar desde hace ya varios meses, su proyecto en lugares como
Mulegé y otras zonas de la entidad.
Claro que la desesperación es
cada día más evidente pues está claro que las cuentas en su tesorería no le
cuadran y ahora Leggs busca a toda costa apuntalar a como dé lugar, un proyecto
cada día más insalvable.
Por lo pronto está claro, que
con la dirigencia del PT, ya no cuenta ya que en su momento el comisionado
nacional de ese partido el exgobernador Narciso Agúndez, se apresuró a señalar
que su partido ya tiene propuestas para la alcaldía cabeña en las figuras del
diputado Cristian Agúndez y la diputada Gabriela Montoya, es decir propuestas
masculina y femenina por si se ofrece atender el tema de género.
Levantar la voz como lo ha
hecho Oscar Leggs en eventos de supuesta unidad en torno al proyecto de la
futura candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum, es porque
efectivamente calcula que le será muy complicado salvar los rezagos
administrativos que le pueden reventar en la cara y que han obligado a nombrar
a tres tesoreros en menos de dos años de administración municipal.
Nada fácil será para Leggs
Castro salvar legal y políticamente las inconsistencias reflejadas en recientes
auditorías y que pueden ser una verdadera contradicción a lo que se supone
ofrece la 4T, es decir honestidad y transparencia administrativa.
¿Cómo aspirar a la reelección
cuando los números no cuadran?, ¿cuál sería el mérito?
Por ello el alcalde cabeño
ahora se le percibe amenazante, condicionador y con una fuerte carga de
chantaje político, como si en su persona estuvieran fincadas las próximas
decisiones políticas que cada día, quedan más lejos de su interés de ser
reelecto.
Ya veremos qué sucede con el
munícipe de Lo Cabos cuando quede claro que ahora se mueve sin la red política
protectora que lo llevó al poder y que es evidente ya no está de su lado.
Por supuesto que la nueva
condición política de Leggs Castro no es gratuita, se la ha ganado a pulso y
ahora por más que se queje seguramente la factura política le será cobrada
precisamente cuando menos lo espere.
Ya veremos qué sucede en las
próximas semanas donde el presidente municipal Oscar Leggs parece estar
silbando en la oscuridad precisamente para no sentirse tan solito.
El oriundo del ejido Migriño,
sabe que ya no cuenta con los que tienen el poder para decidir.
Veremos hacia dónde corre.