• Mucho circo, maroma y teatro para maquillar en Los Cabos la presunta negligencia administrativa • Desesperado proselitismo político de Oscar Leggs puede ser violatorio de la ley estatal electoral. • Se acerca apenas el segundo informe de labores y ya van tres tesoreros municipales cabeños.
Luego de que trascendieron los
resultados adversos de las auditorías aplicadas en el municipio de Los Cabos
que obligó a ese ayuntamiento a instalar a un tercer tesorero en menos de dos
años de administración, es evidente la desesperación del alcalde Oscar Leggs
que endureció su discurso para intentar por todos los medios mandar la señal de
que aún tiene el apoyo de las fuerzas partidistas morenistas y aliadas a ese
partido para alcanzar la pretendida reelección en la alcaldía.
Pero obviamente para el
alcalde de Los Cabos, no será tan fácil lograr su pretensión.
Primero tendrá que superar el
tema de las recientes auditorías que lo han dejado muy mal parado ya que el
tiempo legal para subsanar muchas de esas observaciones, simplemente ya pasó.
Por supuesto que políticamente
eso y más se puede soslayar, pero está claro que Oscar Leggs Castro, cayó de la
gracia de sus principales mentores y ahora está ya en un callejón que
prácticamente no tiene salida precisamente porque se olvidó que en política
como en la vida, todo termina por pagarse.
De ahí el desesperante y
agresivo discurso de “unidad” en el que se quejó de zancadillas internas.
Desde luego que el alcalde
cabeño olvida las ofensas y agravios, orquestados en su oficina contra actores
políticos, aliados o no de Morena, que buscarán la manera de hacerle notar que
en efecto están listos para hacer efectivas las facturas políticas pendientes.
Por supuesto la forma más
clara de hacerle notar que ya no es santo de devoción de quienes en su momento
le apoyaron para llegar a la alcaldía, también pueden hacer ahora todo lo que
sea necesario para que no repita en el cargo.
A punto de llegar al segundo
informe de labores, el saldo político no es el esperado, pues habrá que hacer
mucha circo, maroma y teatro para ocultar los injustificados números rojos que
cada día resaltan más en las finanzas del municipio cabeño que es el más rico
de la entidad y que lejos de tomar medidas correctivas, hay toda una estrategia
por supuesto financiada de manera nada clara de proselitismo político.
Como es de esperarse, hasta
ahora no se ha aclarado de dónde provienen esos recursos que se gastan en otros
municipios y que se utilizan justamente para reuniones abiertamente partidistas
y que bien valdría la pena establecer si no son violatorias de la ley
electoral.
La supuesta ingenuidad
administrativa del alcalde cabeño, no será suficiente para justificar ante la
opinión pública y actores políticos adversos que el recurso no se ha manejado
adecuadamente según ponen en evidencia esas auditorías coordinadas desde el
Congreso del Estado.
Así que desde el ángulo que se
quiera ver, la situación política y administrativa del ayuntamiento de Los
Cabos, se advierte una tormenta de altas proporciones que nada tiene ver con la
temporada de huracanes aún vigente en la entidad.
Ya veremos qué tan accidentado
y maltrecho llega el proyecto político de reelección del presidente municipal
cabeño Oscar Leggs al proceso electoral local que arrancará formalmente hasta
el próximo mes de diciembre.
Ya veremos