• El representante de la organización Mar Libre advirtió que se deben desmontar todas las partes contaminantes de las aeronaves, incluyendo combustibles y piezas que pueden dañar al ecosistema del mar.
La Paz, Baja California Sur.-
Posterior al anuncio que el Gobernador de Baja California Sur hiciera sobre un
proyecto para hundir los aviones de Aerocalifornia en el Golfo de California y
el Océano Pacífico y convertirlos en arrecifes artificiales, el integrante de
la organización Mar Libre, Pablo Ahuja, señaló que las autoridades deben
acercarse con especialistas ambientales y marinos para abordar el tema de
impacto que esto causaría..
Explicó que las aeronaves
contienen materiales y componentes que pueden ocasionar daños severos e
irreparables para la vida marina, por ello, insistió en que la autoridad
estatal y la compañía aeroportuaria deben proporcionar información detallada y
transparente sobre el procedimiento de desensamble, traslado e inmersión que
tendrán los aviones.
“Con un proyecto así ocupa su
manifestación de impacto ambiental y ser absolutamente transparente. Si lo
vemos por el lado del presupuesto, costos y otros detalles, para transportar un
avión así, primero deberán sacar todo el material tóxico como los lubricantes,
combustibles, la espuma, el plástico y todo lo que hay adentro al avión”.
En este sentido, el biólogo
marino expresó su molestia al declarar que el los gobiernos “no pueden proteger
los arrecifes naturales que ya existen”, esto al recordar que hace mes y medio
un barco atunero dejó una red enorme en la isla “Las Ánimas”, en la que
lograron quitar un parte de la red.
Por otro lado, agregó, el yate
“Fortius” que se quemó en playa Balandra, continúa hundido fuera del polígono
del Área Natural Protegida, el cual, afirmó, representa un riesgo para la fauna
y flora marina, así como los bañistas del sitio, por el combustible que alberga
en su motor, además del desprendimiento de fibra de vidrio de la embarcación.
“En mi opinión, en lugar de
gastar dinero en limpiar esos aviones, transportarlos a un barco, moverlo,
buscar el lugar en el fondo y colocarlo, deberían destinar ese recurso en un
plan verdadero de protección de los arrecifes naturales que hay e incluso, que
protejan a las especies contra la pesca furtiva”.
Finalmente, Pablo Ahuja afirmó
que no hay nada que garantice que las aeronaves se mantendrán inmóviles en el
fondo del mar, con el riesgo que, con el movimiento de las
corrientes marinas o por los
huracanes se desplacen hacia la orilla del mar y en su paso pueda afectar a una
embarcación.