Luego de la resolución de la suprema Corte de Justicia de la Nación que canceló la primera parte del plan B del presidente Andrés Manuel López Obrador de modificar la ley electoral de nuestro país, aún no hay claridad y la contundencia esperada en las posturas y reacciones de la llamada oposición partidista que ha hasta ahora ha sido tibia, lo cual se refleja por supuesto en nuestra entidad.

¿Dónde están las representantes populares de oposición al gobierno federal morenista en la media península integrados principalmente en las diputaciones federales y senadurías del Partido Acción Nacional?

No hay una reacción formal de estas figuras hacia la intentona del gobierno federal de cambiar la ley electoral federal.

Por el contrario, tanto la senadora Lupita Saldaña como los diputados federales Marco Almendáriz y la diputada Sonia Murillo se mantienen callados.

Para empezar la dirigente estatal del PAN, la senadora Lupita Saldaña parece estar más preocupada por esperar el pago de su quincena del Senado que armar estructuras y actividades que le den la posibilidad de levantar la voz con más claridad y nitidez respecto a este asunto que resolvió la Corte a pesar de la fuerte presión morenista.

Sin presencia real en su base militante y menos en la sociedad en general, Lupita Saldaña pasa desapercibida, sin pena ni gloria, en temas tan polémicos como el que se refiere a la reciente decisión de la Suprema Corte de Justicia del país.

¿Entonces que hacen los representantes populares federales de oposición a Morena?

¿Acaso se trata solo de entregar regalos de bajo costo a unos cuantos ciudadanos de escasos recursos económicos?

¿Dónde están las posturas de los diputados federales, Marco Puppo y Sonia Murillo al respecto?

Parece que se han dedicado francamente más a realizar actividades que tienen poca repercusión en la opinión pública y que pueden redundar en una muy escasa convocatoria electoral a la hora de llevar acabo esta intención.

Salvo las actividades de los diputados locales del blanquiazul Rigoberto Mares y del diputado local Armando Martínez, las posturas de los legisladores federales dejan mucho que desear.

Por supuesto seguramente algunos suponen que con esas acciones tibias y tímidas podrán alcanzar candidaturas competitivas y victoriosas en el proceso electoral federal que ya está encima, pero para captar la mayoría de los votos ciudadanos, obviamente se requiere más que solo tomarse fotos alegres y festivas para publicar en redes sociales y simular como que todo está bajo control.

Quizás valga decir que en la vida como en política, el autoengaño es sumamente peligroso.

En muchas ocasiones últimamente se ha especulado sobre la posibilidad de que el ex alcalde, ex diputado federal y excandidato a la gubernatura del PAN, Francisco Pelayo entre a la búsqueda de un nuevo espacio político, lo que hasta ahora no ha quedado plenamente confirmado públicamente.

Aunque lo más seguro es que el comundeño sí se apunte a la labor política de buscar votos para el 2024.

Más le vale a la propuesta panista que Francisco Pelayo entre al ruedo político para ver si así se levanta la presencia de una clase política blanquiazul, ahora de oposición, que active incluso la alianza con el PRI y el PRD, que parece estar solo en espera de que, en automático, por decisión de las autoridades partidistas nacionales se tomen la iniciativa.

En fin, mientras esto sucede, los morenistas cada día intensifican más su actividad proselitista al interior y exterior de sus siglas.

La oposición conformada por representantes populares federales panistas, aún están durmiendo el sueño de los justos en esperas de un golpe de suerte electoral que los mantenga con vigencia en la futura lucha por los espacios que estarán en juego.

Veremos hasta dónde se mantiene la pasividad de los legisladores federales de Acción Nacional y hasta dónde les aguanta la evidente tibieza que muestran hasta ahora.

Ya veremos.