• Calidad moral y administrativa a toda prueba requieren futuros representantes populares. • Se investiga a 15 ex funcionarios estatales y cuatro de la actual administración. • Lograr rectitud en funcionarios coadyuva resultados positivos en procesos electorales.
Definitivamente uno de los
retos que tienen quienes encabezan las autoridades estatales y municipales es
el de lograr que sus equipos no violen la ley de responsabilidades de
servidores públicos y no sucumban a la tentación de hacer mal uso de los
recursos ciudadanos.
Por supuesto que se espera que
las autoridades que ahora tienen la responsabilidad de conducir los destinos de
nuestra entidad y de todos los municipios, tienen claro qué está bien y qué no
lo está en materia de administración de recursos públicos.
Cuando las autoridades
federales resaltan que la corrupción es un mal que ya fue erradicada mientras
que aún se observan casos lamentables que contradicen estos dichos, se espera
que, en la entidad, los actuales funcionarios actúen de acuerdo a la ley.
Tanto las autoridades
estatales como municipales han reiterado en varias ocasiones a sus
colaboradores que no violenten la ley y se porten bien, a la altura de las
exigencias de la ciudadanía.
Por supuesto que no es ni será
tarea fácil.
No todos los políticos o
funcionarios estatales asumen con sinceridad y congruencia esta solicitud de
sus respectivos jefes políticos.
Hay sometidos a proceso por
presuntos malos manejos de recursos públicos quince exfuncionarios de la pasada
administración estatal y según se informó cuatro integrantes de la actual
administración también están bajo una investigación.
Por su parte el alcalde cabeño
Oscar Leggs acaba de comentar que su administración no se frenará por las
pugnas internas que puedan tener algunos de sus colaboradores y por supuesto
que no va a tolerar a quienes hagan mal uso de los recursos públicos.
La sociedad exige
transparencia en todos los niveles de la administración pública, no solo porque
así se ofreció durante los procesos de campañas electorales, sino porque así lo
establece la ley.
Está claro que este tema tiene
que ser bien atenido sobre todo por quienes esperan participar en el proceso
electoral que está ya en puerta con miras a las elecciones del 2024.
Para algunos el futuro puede
ser muy amplio a partir de su actual desempeño, pero por desgracia para otros
su manera de trabajar justamente es lo que les puede frenar todas sus
aspiraciones.
La sociedad ya no soporta funcionarios
desleales a los principios de rectitud y buena conducta como funcionarios.
Esperemos que los futuros
aspirantes a los puestos de elección popular que estarán en juego en el 2024,
sean políticos bien probados, con calidad moral y administrativa
incuestionable.
Por supuesto el reto no es
menor, pero está claro que sí se puede lograr.
Que así sea.