Esta semana se cumplió apenas un año de la llegada de Ernesto Altamirano a la coordinación estatal del MC, evento que se anunció con bombo y platillo y que se hizo coincidir con el arribo a este organismo político del hasta ese momento miembro y exdiputado local del PRI, Joel Vargas Aguiar, fecha que también coincidió con una sentencia del Tribunal Estatal Electoral que pone a Altamirano ante la posibilidad de perder sus derechos político por el presunto delito de violencia política en razón de género.

Obviamente por lo que se ve, parece muy complicado que Ernesto Altamirano continúe en la dirigencia estatal del MC para cuando se inicie formalmente el proceso con miras a las elecciones del 2024 en diciembre, dentro de diez meses.

Vale recordar que el ahora acusado de violentar la ley electoral, llegó al MC bajo la protección del entonces diputado local, Ramiro Ruiz Flores, quien para colocar a Altamirano, propició la dimisión del entonces dirigente estatal Josué Estrada Flores, y forzó la renuncia a ese partido del aspirante a la candidatura por la alcaldía cabeña, el empresario Alejandro Rojas.

Ambos Ramiro Ruiz y Ernesto Altamirano se esforzaron por apoderarse del MC para impulsar la figura de Lavinia Núñez como candidata a la presidencia municipal de La Paz.

Pero como era de esperarse, poco después la toxicidad de Altamirano que presumió hasta hace unos días, ser la figura más fuerte del ese organismo, propició también la salida de Ruiz Flores del MC.

Durante su estancia en este partido Ernesto Altamirano exhibió hasta donde pudo, amistad con el empresario cabeño y también excandidato a la alcaldía cabeña por el partido Nueva Alianza, Alejandro Rojas a donde llegó procedente del MC por no ser nombrado candidato oficial a la alcaldía de Los Cabos.

Ahora Alejandro Rojas porta orgulloso la camisa guinda de Morena y encabeza la denuncia legal contra el aún coordinador estatal del MC.

Hoy Altamirano presenta problemas ante la autoridad electoral presuntamente por no respetar los derechos políticos de la coordinadora municipal de Los Cabos, la enfermera Adriana Rojas, quien es defendida jurídicamente justamente por el mismo Alejandro Rojas.

Ya veremos cómo repercute este tema en las instancias internas del partido Movimiento Ciudadano donde cada día es más clara la posibilidad de que haya ajustes en las actuales coordinaciones provisionales y donde incluso la figura del exdiputado Joel Vargas, por ejemplo, ahora brilla por su ausencia.

Finalmente, como en prácticamente todos los partidos políticos el gran reto es alcanzar y mantener la unidad necesaria para conformar una propuesta electoral para competir con posibilidades reales de obtener victorias en las urnas.

Vale decir que hasta ahora el MC en la entidad como en el resto del país, ha conservado su intención de participar sin establecer alianzas con otros partidos políticos por lo que es muy probable que haya una fuerte sacudida que le permita llegar lo más compacto posible a las elecciones del año que entra.

Ya veremos qué sucede y cuál es el destino político de quien hasta ahora se ha ostentado como coordinador estatal del partido naranja.

Ya veremos.