• Se preparan partidos pequeños para definir alianzas y cambios de dirigencias. • La búsqueda de candidaturas confrontará partidos chocos y grandes. • Apenas arrancó el 2023 y ya se acomodan en el arrancadero aspirantes a puestos de elección popular.
Uno de los aspectos que habrá
de tomar en cuenta para el análisis de lo que pueda suceder en el proceso
electoral del próximo año es el comportamiento de los llamados “partidos
chicos” que históricamente han operado aliados a organismos políticos con mayor
presencia social.
Está bien claro que los
organismos políticos que de nueva cuenta tendrán mayor presencia social en el
proceso del año que entra, son Morena, PAN, PRI y PRD, mismos que llevarán como
aliados a partidos como el PT, Partido Verde, Nueva Alianza entre otros
organismos y agrupaciones locales que buscarán aliarse para lograr espacios.
Por supuesto aún falta mucho
por ver.
Pero ya desde ahora al
interior de los partidos pequeños sus respectivas fuerzas se mueven para
preparar esas posibles alianzas.
Esa preparación incluye el
cambio o renovación de dirigencias estatales de estos organismos que no pierden
de vista la figura más grande a la que se puedan integrar.
Así que no le extrañe a usted
amable lector que haya cambios o renovaciones en las dirigencias de organismos
políticos como el Partido Verde o Nueva Alianza precisamente para trabajar esas
alianzas y perfilar a posibles propuestas de candidaturas.
Para los partidos como el PAN,
PRI y PRD que perfilan la posibilidad de la tan llevada y traída alianza
opositora, también se busca tender puentes con organismos políticos pequeños
que también puedan sumar votos.
Este año que es preelectoral
seguramente también tendrá evidencias de cómo ya desde ahora se intentan
acomodar las piezas al interior de cada uno de los llamados “partidos chicos”
que será para algunos la vía para alcanzar candidaturas y con ello la
posibilidad de llegar a algún puesto de elección popular.
En esa recomposición que
buscan los partidos políticos, van implícitas las aspiraciones a candidaturas
que ya son obvias para algunos actores políticos y en las que no se descarta
que algún ciudadano sin partido también pueda figurar en los listados finales
que conformarán las boletas electorales.
A la par de esta dinámica
partidista, quienes ahora ostentan cargos de elección popular y al mismo tiempo
pretenden buscar otra posición en las elecciones del 2024, tendrán que redoblar
esfuerzos
para que al final de cuentas
la población estime que vale la pena brindarles una vez más su voto de
confianza.
Veremos cómo se desenvuelven
las dirigencias de los partidos pequeños en la búsqueda de las famosas sumas o
alianzas y en ello se empatan las decisiones de cambios a dirigencias y por
supuesto de los apoyos a posibles aspirantes a candidaturas.
El proceso con miras al 2024
que prácticamente inició desde mediados del 2022, cada día se intensifica más
lo que puede propiciar choques e incluso desbandadas de algunos inconformes.
Ya veremos qué sucede