• Revisan 28 programas en 8 estados del país, confirmándose que ninguno cumplió ni siquiera el 50% de los requisitos solicitados para garantizar el manejo eficiente de recursos y de transparencia
Ciudad de
México.-- La corrupción en México no se limita a los casos de abuso de poder de
funcionarios que incurren en enriquecimiento ilícito.
Diputados
federales aseguraron que este problema también se manifiesta en programas
sociales que operan sin reglas ni requisitos; obras que se asignan de manera
opaca, y cuando el clima de impunidad permite actuar al margen de la ley y los
delitos no se castigan.
“Los programas
sociales deben estar diseñados para ser transparentes eficientes y blindarse
contra la corrupción”, señaló la vicecoordinadora de la bancada del PRI, Blanca
Alcalá.
Reveló la
exalcaldesa de Puebla que, en un estudio reciente se analizaron 28 programas
emergentes durante la pandemia en 8 estados del país, confirmándose que ninguno
cumplió ni siquiera el 50% de los requisitos requeridos para garantizar el
manejo eficiente de los recursos y con transparencia.
Esos requisitos
se refieren a la información sobre la distribución de los recursos, la
convocatoria pública para su entrega, el comité de vigilancia para quejas y
denuncias, la auditoría financiera y la evaluación del desarrollo de los
programas por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo
Social (Coneval).
—Diputada Lidia Pérez,
¿qué es el anexo Transversal Anticorrupción?
—Es el documento
que integra los ingresos públicos de diversas dependencias que son destinados a
combatir la corrupción.
Permite
identificar, dar seguimiento y transparentar los recursos dedicados a combatir
la corrupción.
Según la diputada
morenista es el punto de partida para intervenciones públicas, coordinadas,
efectivas y orientadas a resultados, además, pone al alcance de la ciudadanía,
a los responsables los montos de los recursos públicos destinados a la
prevención, detección, investigación y sanción de los hechos de corrupción.
Para el
vicecoordinador del grupo parlamentario del Partido del Trabajo, diputado
Benjamín Robles Montoya, la corrupción viola los derechos humanos, “porque
impide que las y los ciudadanos tengan igualdad de oportunidades y fomenta la
idea que sólo quien posee poder, y además dinero, puede acceder al bienestar”.
Definió el
petista que, igualmente, es un padecimiento que desgasta a las instituciones,
provocando mala calidad de servicios, imposibilidad de ejercer otros derechos y
aumenta la impunidad.
Se trata de un
fenómeno que, a decir del diputado Alberto Batun Chulim (Morena), este problema
de connotaciones políticas y sociales tiene en México diversas expresiones,
siendo las más comunes el soborno, el nepotismo, la extorsión, fraude, evasión
de impuestos, tráfico de influencias y cohecho.
“También lo son
el favoritismo, el lavado de dinero, traspaso al sector privado, uso indebido
de la información, malversación de fondos públicos, enriquecimiento ilícito y
los moches”, enumeró.
Para el diputado
Juan Carlos Romero Hicks (PAN), presidente de la Comisión de Transparencia y
Anticorrupción de San Lázaro, 80% de las tentaciones de actos vinculados con la
corrupción están relacionados con adquisiciones y la obra pública.
“Eso defrauda a
la población, que pierde la confianza, perdemos las propias instituciones; y
hoy lo que necesitamos es una ciudadanía actuante, que tenga capacidad de
denuncia, de exigencia y sobre todo que espere de todas sus autoridades
legalidad, orden y resultados, con transparencia y rendición de cuentas”,
enumeró el ex director del Conacyt.