Una vez que la sociedad ha observado las dos marchas realizadas en la capital del país, una para defender al INE y otra para apoyar al presidente Andrés Manuel López Obrador, surge la pregunta respecto a ¿qué sigue para los partidos de oposición?

Seguramente buscarán capitalizar la simpatía ciudadana que despertó la marcha del pasado 13 de noviembre a favor del órgano electoral.

Pero no es lo mismo defender una causa plenamente ciudadana apartidista, que impulsar una propuesta política en donde la figura de los partidos esté presente.

Muchos ya no creen en los partidos.

Tendrá que buscar un actor político que sea lo suficientemente convincente para que en torno al color que sea, pueda convencer a la comunidad de que se le puede competir a Morena y a las propuestas del mandatario nacional.

Obviamente sí es mucha la gente molesta que existe en torno a medidas aplicadas por el gobierno federal, pero hasta ahora no se ve una figura que pueda aglutinar ese malestar y llevarlo al terreno electoral como para obtener el voto mayoritario.

Ambas concentraciones multitudinarias fueron realizadas en la capital del país, una para protestar las decisiones del poder ejecutivo en torno al INE y otra para demostrar justamente que aún hay mucho poder.

Obviamente en los próximos meses, tiempo en el que todos los actores políticos intentarán llegar al proceso electoral del 2024 con sus mejores cartas, saben ya desde ahora que la lucha por las posiciones de elección popular, ya inició.

En el contexto local está claro que el PRI, PAN, PRD y MC entre otros, opositores al partido gobernante Morena, están realmente desarticulados.

Así no podrán llegar a la victoria electoral.

No tienen una figura política que pueda aglutinar sus esfuerzos. Por supuesto, tendrán que buscarla o fabricarla, ya que cada día faltan menos tiempo para el proceso de selección de candidaturas.

¿Qué harán a partir de ahora las dirigencias de estos partidos?

Es evidente que necesitan algo más que solo cuestionar los detalles de la marcha que encabezó el jefe del ejecutivo federal.

Quizás sea necesario que ya desde ahora envíen mensajes claros de que sí saben lo que harán para regresar a la senda de la victoria electoral y no solo dejen pasar los días en espera de que suceda algo suficientemente extraordinario como para que ahora sí, se organicen y salgan a defender su causa.

Morena por lo pronto y luego de la movilización del pasado fin de semana, tiene su espíritu competitivo muy alto.

Desde luego, no pierden de vista que si logran mantener la unidad durante el proceso interno de selección de sus abanderados electorales, todas las probabilidades de ganar aún están de su parte.

De lo contrario, el riesgo de obtener resultados adversos está presente incluso con la convocatoria de miles de ciudadanos a la reciente marcha en la capital del país.

No es lo mismo invitar al vecino, compañero o amigo a participar a una manifestación pública que invitarlo a votar por este o aquel proyecto político-electoral.

¿No le parece así amable lector?