México, una historia de lucha.
Muy buenos días estimable lector gracias, muchas gracias, por continuar prefiriendo este su Diario El Independiente.
Inicio esta columna comentando a Usted; Durante más de siete siglos, los pueblos indígenas de México han demostrado su pertinencia histórica. A partir de la conquista y la colonización, su relación histórica ha sido con diversas formas de organización Estatal; para preservar su cultura y su derecho a la diferencia, muchas veces han recurrido a la subordinación y resistencia. De hecho se han sustraído a las tendencias que pretenden unificarlos; en algunos momentos de la historia mexicana los pueblos indígenas han podido rechazar las pretensiones de integrarlos al México mestizo por encima de su diversidad étnica, cultural y lingüística. Con base en la realidad, puede afirmarse que no lograron su objetivo quienes han pretendido integrar política económica y socialmente a los pueblos indígenas; la marginación y miseria están lamentablemente presentes en la vida de los indígenas mexicanos; tampoco se logró la asimilación de la diversidad cultural a la matriz cultural del México Mestizo- como lo muestra la persistencia de las luchas indígenas en defensa de sus identidades, derechos y culturas. “el pasado 9 de agosto se conmemoro el día Internacional de los Pueblos Indígenas”.
En este sentido; el siglo XIX, la necesidad histórica de afirmar la nación y construir el Estado, llevo a la conformación de una concepción favorable a la integración Nacional que no permitió apreciar en toda su riqueza la diversidad que representaban los pueblos indígenas; con el liberalismo político se privilegió el principio de la igualdad del ciudadano ante la Ley; un País de mexicanos libres e iguales para el orden jurídico, pero con diferencias culturales y étnicas no reconocidas.
En nuestra historia, la relación de los pueblos indígenas con el Estado no ha estado exenta de - en diferentes momentos - intentos por dividir las identidades culturales y étnicas de los pueblos indígenas en el todo mestizo. Afortunadamente, ahora la realidad social mexicana nos presenta una formidable y vigorosa diversidad étnica, cultural, lingüística, religiosa, jurídica, artística y ética, sustentada en todos los pueblos indígenas que habitan en todo el Territorio
Nacional. Así, la diversidad de los pueblos indígenas y un inadecuado conocimiento de ese hecho ha propiciado criterios de política indigenista que parecen concebirlos como todo monolítico, sin considerar sus diferencias culturales, organizativas o geográficas; no son iguales los problemas que enfrentan todas las etnias.
Concluyo: En los últimos años, la cuestión vive un momento relevante; en consecuencia el Estado mexicano debe retomar sus compromisos con los que menos tienen: “LOS INDIGENAS”