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Hoy es miercoles, 30 de octubre de 2024

En privado

SNTE lll.




No es que pretenda ser repetitivo, ni tampoco es mi intención hacerlo. Pero algo similar a lo que hoy escribo, lo hice en la entrega anterior.


E iniciaré diciendo que cuando brota un conflicto laboral, cualquiera que sea, un dirigente debe tener presente que nunca, en una negociación sindical-patronal, se puede lograr todo.


Por eso precisamente está siempre de por medio y por encima de la mesa lo que se llama: “negociación”.


Y es que en estos casos, ambas partes primero sopesan las propuestas, las analizan, hacen números, y primordialmente antes de llegar a un acuerdo final, siempre evalúan porcentajes.


Pero es de observarse un extraño pero equitativo fenómeno: jamás el fiel de la balanza se carga hacia un solo lado.


En pocas palabras, si la parte sindical solicita, por ejemplo, un 40 por ciento, la parte patronal ofrece ya sea un 15, un 18, o quizás un 20 por ciento.


Eso es justamente lo que consideran una negociación neutral entre las partes. Y se trata de que ninguna de las partes, o ganen todo, o pierdan todo.


Y en este caso particular que está en boga aquí, relacionado con el “paro” magisterial, debo reiterar que a Elmuth Dubeth Castillo Sandoval, le ha faltado tacto de negociación y acuerdos. Y lo único que ha hecho en la mesa, es jugar a las vencidas, y como ya lo dije en la entrega anterior, medir fuerzas.


Y todo lo hace, a sabiendas de que en estos momentos la fuerza le asiste a él, al contar con ese gran respaldo que como ya lo escribí también en la columna anterior, se trata nada menos que de la organización sindical con mayor presencia en América Latina.


Entonces aprovechándose de las circunstancias, este líder, apenas sentándose en el trono, puso a media asta la bandera rojinegra, cerrándose en una postura por demás exigente y unilateral.


¿Por qué lo digo? Porque en su momento, a esa larga lista de peticiones que hace el magisterio sudcaliforniano, el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, dio buena respuesta a una parte de ella.


Les dijo incluso, tal vez con conocimiento de causa que a partir de enero próximo se solucionará el problema que persiste en la Sección Tercera del SNTE.


Y no creo que un funcionario como este, con nivel de aspirante a la candidatura presidencial mienta.


Y no creo que mienta al sentenciar que: “va haber justicia para los maestros de Baja California Sur, como también habrá justicia para el Tele bachillerato Comunitario”.


Vamos. En su intervención, el Secretario de Gobernación, López Hernández, anunció lo que sería el inicio de un proceso de regularización o basificación para trabajadores de la educación compensados en BCS.


Más aun, el funcionario prometió también que se resolverá la exigencia del pago de quinquenios para todos los maestros y maestras de la entidad.


Y dijo la razón de sus expresiones: “el presidente de México Andrés Manual López Obrador, se comprometió que habrá justicia laboral para todos”.


Sin embargo, pareciera que sentado en su empecinamiento y metido en su obstinación, el recién desempacado dirigente de la Sección Tercera del SNTE, Dubeth Castillo Sandoval, tal vez sin medir consecuencias quiere llegar más lejos.


Y esa obcecación y testarudez se ha vuelto una venda negra para sus ojos que no le permite ver más allá de sus narices.


Y me deja muy claro que es justamente esa cerrazón la que lo torna torpe y le impide acordar, negociar, ceder.


Porque creo que ante los nada despreciables ofrecimientos que hizo Adán Augusto López Hernández, Castillo Sandoval, debiera haber actuado con mayor parquedad, con más moderación, y sobriedad, sobre todo con inteligencia y caballerosidad.


Digamos, levantando ese “paro”, y esperar para enero. Y entonces si no les cumplen lo prometido, actuar de nuevo. En eso estoy muy de acuerdo.


En síntesis, Castillo Sandoval debió pensar más detenidamente en las propuestas hechas por el Secretario de Gobernación.


Y antes de responder, voltear su mirada al otro lado, acá donde miles y miles de padres y madres de familia esperan pacientemente que resuelvan sus inconformidades, para que todo retorne a la normalidad.


Porque esos miles y miles de padres y madres aun cargan a sus espaldas el dolor por lo que acaba de suceder con la pandemia, cuyo periodo debieron haber aprovechado los maestros para hacer sus conflictos laborales.


Ya sea para irse a los “paros”, a los plantones, o si quieren, a las huelgas.


Porque quiérase o no, fueron los tiempos que también aprovecharon los maestros para “echarse la cola al hombro”.


En fin, habrá que ver hasta donde aguantan los padres de familia; porque si algo han tenido, es paciencia y tolerancia, lo mismo que las asociaciones de alumnos y de padres.


Luego entonces, a todas y todos los maestros involucrados, solo les digo:

No olviden que acá, al otro lado, está ese gran conglomerado al que, por la falta de materia gris para negociar por parte del dirigente, sigue sufriendo las consecuencias de la sinrazón.


Cuestión de tiempo.

Cuestión de tiempo.