Si alguien conoce la existencia y el poder de convocatoria sindicalista del magisterio, incluso en toda América Latina, es Víctor Castro Cosío.

Ahora bien, de que pocas veces el magisterio hace presente su hegemonía, y de que solo en ocasiones ejerce su poderío, es muy cierto.

Y no es para menos, cuando, solamente en el caso de Baja California Sur, hablamos de la existencia de aproximadamente 16 mil trabajadores de la educación si tomamos en cuenta al personal de apoyo y asistencia a la educación.

Justo en la entrega de hoy, quiero hacer referencia a lo que está ocurriendo en ese tan sonado paro de labores magisterial, donde miles de maestras y maestros están siendo llevados a un terreno minado en el cual solo se observa que un recién designado dirigente pretende medir fuerzas.

Y todo lo cual se está dando en un escenario donde el ahora líder denota una total falta de sensibilidad y escaso poder de negociación.

¿Por qué lo digo? Simplemente porque de primas a primeras en esa medición de fuerzas se puede ver el costo tan alto que tiene el movimiento. Y todo, derivado justamente de que el actual Secretario General de la Sección 3 del SNTE Elmuth Dubeth Castillo Sandoval, también sabe de ese poderío del que hablo.

Y si digo esto, es porque, jamás en la historia de la educación de nuestro estado se había llegado a tales extremos.

Todo lo anterior, muy a pesar de aquella cantinela que la dirigencia emite respecto a que “los trabajadores de la educación estamos comprometidos con la educación y la escuela pública”.

Sí se habían dado conatos, o acciones parecidas por algunas razones, como aquel caso cuando se exigió responsabilidad a unas demandas del pliego petitorio, por ejemplo.

Por cierto, hoy que como parte del movimiento que realiza el SNTE se habla también de lo relacionado a compensados, es bueno hacer una pequeña historia de los maestros y maestras compensadas, porque ello merece un análisis por separado.

En pocas palabras empezaré diciendo que este apartado de compensaciones, al menos en lo que se refiere a los trabajadores de la educación, fue una figura convenenciera que surgió con cariz cien por ciento político.

En efecto fue en el año de 1999, y la intención implícita que encerraba era la de brindar apoyo económico a todos aquellos que, insertos en ese gremio, aceptaran dar su respaldo en la campaña política que rumbo a la gubernatura de Baja California Sur, había sido emprendida por Leonel Cota Montaño.

Es decir, antes de ello, ese apartado no existía dentro del organigrama del magisterio y fue ahí donde se dio entonces el primer personal compensado.

Sin embargo, cabe dejar en claro que entre el gremio magisterial ya había resquemor y molestia ya no tanto contra el priismo en general, sino contra Guillermo Mercado Romero, que estaba por dejar el poder gubernamental.

Y aquí trataré de explicarlo: el fiel escudero de Guillermo Mercado, no fue precisamente Antonio El Tony Ortega, como muchos crían, sino que lo fue Jesús El Chuy Flores Romero, de ahí que Mercado buscó siempre y a como diera lugar, hacer del Chuy Flores un Supersecretario.

A pesar de sus esfuerzos, dentro de la administración pública Mercado hizo de Jesús Flores un Secretario de Relaciones Publicas y Comunicación Social, Gobierno del Estado de BCS.

Luego tendría cargos menores como Director de Comunicación Social del Congreso del Estado, Director de Comunicación Social Tribunal Superior de Justicia, y ya por último, Director de Comunicación Social y Atención al Derechohabiente del ISSSTE, EDOMEX.

Pero hablaba yo de la molestia del gremio magisterial contra Guillermo Mercado, y este encono se recrudeció cuando, en ese afán por engrandecer a su fiel escudero, el entonces gobernador pretendió colocar al Chuy Flores en la Secretaría de Educación Pública como Secretario.

Fue cuando los maestros y maestros subieron su tono de voz y tomaron las instalaciones de la SEP logrando impedir que Jesús Flores tomara posesión de las instalaciones.

Había una razón específica por la cual las y los maestros no aceptaron. Porque para los trabajadores de la educación, era menester que quien ocupara el cargo de Secretario de la SEP, tuviera Formación Normalista. Y Jesús Flores no la tenía.

Es entonces cuando esa responsabilidad la asume Alfredo Reyes Cervantes.

Al paso de los años, siempre se respetó el acuerdo no escrito de que quien fuera titular de la Secretaría de Educación Pública fuera alguien de Formación Normalista.

Hasta que hubo alguien que como líder de la Sección Tercera del SNTE optó por agachar la cabeza: Nicolás Gutiérrez.

Recuérdese que fue Nicolás Gutiérrez quien justamente aceptó que a la titularidad de la SEP llegara un exrector de la UABCS por órdenes expresas del entonces gobernador Carlos Mendoza.

En síntesis, por todo lo anterior, padres de familia y pueblo en general confiamos en que el hoy gobernante, hará todo lo que está en sus manos para buscar solucionar el problema.

Un problema que atañe y lesiona a todos, y de allí parte el hecho de que se hable del alto costo de un movimiento como este.

Es más, Víctor Castro conoce esos recovecos, porque ya estuvo allí en la Plaza de la Reforma donde están ahora los maestros. Y también lanzó consignas buscando soluciones para los maestros.

Cuestión de tiempo.