Políticos Ratoneros.
De un tiempo a la fecha, los mexicanos hemos de aceptar la existencia de políticos ratoneros, quienes a la par, durante sus intervenciones dejan en claro que son más corrientes que la 440, conocida también como corriente alterna.
Y es del todo lamentable que poco a poco, --tal como si sus inicuas participaciones fueran en realidad actos de grandeza--, nos hemos ido acostumbrando a sus desplantes, a su arrogancia, a su altanería.
Y quizás con candidez y sin darnos cuenta, hemos caído en sus petulantes juegos, en sus fanfarronerías, y en su desfachatez.
Personajes perversos que han subestimado recintos como las cámaras Alta y Baja, cuyas instituciones antes hacían gala de gran reputación y prestigio, además de pleno respeto para propios y extraños.
Tipos y tipas que con su atrevimiento y desvergüenza han profanado esos lugares casi sagrados como lo son las cámaras de Senadores y Diputados.
Lugares donde tiene su sede la palabra que se transforma en doctrina, norma y ley, que se convierte en disciplina y enseñanza para un pueblo como el nuestro.
Un recinto de notable y respetable investidura que no deja de ser indiscutible símbolo de independencia, de autonomía, y emancipación, producto de lucha y sangre, indisoluble legado de nuestros antepasados.
En pocas palabras, un incuestionable fragmento de autoridad, de poder y soberanía nacional, que por lo tanto debiera ser merecedor de honra, de pundonor, de recato y dignidad ya no solo por parte de legisladores, sino del pueblo de México en general.
Aquí, en la entrega de hoy, hago referencia a senadoras y diputadas, todas y todos, que a falta de argumentos válidos durante sus intervenciones en tribuna, han recurrido a los denuestos y a los descalificativos, quizás en su afán de hacerse notar.
Incluso muy en especial haré referencia al diputado federal Gerardo Fernández Noroña quien justamente hace unos días visitó Baja California Sur en su clara intención de engordar un caldo que ha visto muy flaco.
Un tipo grotesco que no mide consecuencias para ofender incluso al presidente Andrés Manuel López Obrador, al adjudicarles el calificativo de “corcholatas” a los que hoy por hoy el ejecutivo considera sus sucesores como son: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal.
Y el atrevimiento del Noroña tiende a ir más allá cuando tajante y seguro y tal vez pretendiendo creerse el mismo sus palabras afirma a los cuatro vientos: “les voy a ganar”, apuntándose como
candidato en primer plano de la Cuarta Transformación, para las elecciones presidenciales del 2024.
Dicho de manera directa, el multicitado diputado federal Gerardo Fernández Noroña asegura que puede vencer a quienes llama: las “corcholatas” de AMLO en ese proceso de selección para suceder al aun presidente de México.
De hecho menciona que en la contienda real por la candidatura presidencial hay, no cuatro, sino cinco personas que verdaderamente tienen posibilidad, y que son: él, Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal. Pero repito, él en el primer espacio, digamos, a la cabeza o punteando.
Sin embargo no todo para allí, pues como ya sabemos por algunos hechos ocurridos durante su trayectoria como político, a lo corriente y grosero, se le suma la prepotencia.
En efecto, la soberbia y la arrogancia, han sido imborrables marcas que cotidianamente ha traído a sus espaldas.
Por tanto resulta difícil, muy difícil que sus humos, derivados de sus ínfulas de engreimiento y altivez, lleguen a tocar el suelo y menos aun cuando su altanería y envanecimiento lo llevan constantemente a levitar.
Todo pues, más bien deja en claro la falta de humildad y de modestia, lo que por otro lado, personajes como estos nos hacen pensar que están lejos de la sencillez y la sensibilidad para gobernar.
Ahora bien, son personas que se convierten en presas fáciles de la ira y la rabia y que tanto, optan por acudir a la violencia e incluso a los golpes cuando para ellos los argumentos se tornan insuficientes para debatir un tema.
No se diga cuando se trata de descalificar y querer sobajar a los demás, ya que son ágiles para la sorna y la burla.
En síntesis nadie les gana, y contrariamente siempre ocupan el primerísimo lugar en eso de ser astutos, taimados y guasones.
Tal vez por todo eso, y derivado de que el pueblo adolece de actos circenses donde sobresalga la actuación de los bufones, arlequines y payasos es que la lluvia de aplausos les llegan a personajes como estos.
Aunque, tal vez por aquello del “divide y vencerás”, a las reuniones que realiza nuestro personaje de hoy, bien pudieran asistir perredistas, priistas y panistas.
Justamente para hacerle el caldo gordo y animarlo a que también se lance al ruedo, y ya con eso los tres partidos de oposición, --aun perdiendo--, saldrían ganando.
Pero en fin, después de todo, qué lástima que estos políticos ratoneros, sigan pregonando la coraza del fuero y como estigma maldito la sigan trayendo consigo para todas partes y donde quiera que andan.
Cuestión de tiempo.