Para reiniciar mis colaboraciones les comparto hoy un pasaje de mi vida que fue uno de los momentos más difíciles en mi formación académica.
Mandar desde los tiempos bíblicos es lo más difícil de la vida. En eso se pone en entredicho la autoridad y muchas veces se provoca la rebeldía de quiénes reciben Las órdenes.
Recuerdo por cierto al presidente Miguel Ávila Camacho, un día recibió en su despacho la renuncia de uno de sus secretarios. En el texto del documento le decía el subordinado Señor presidente sabe usted que muchas veces la pérdida de confianza del presidente a los mandos inferiores Es normal, pero mi caso yo quiero decirle que le he perdido la confianza y por lo tanto le renuncio.
Un caso Unico tratándose de aquellos tiempos del poder total y de un partido político avasallante cómo le fue al PRI.
Esto del mando también se aplica la familia que a lo mejor es lo más difícil en donde se da.
Hoy comento un cachito de vida de los más dolorosos en la que estuvo en duda la confianza eterna de mi padre Francisco y fue en el año 1972 cuánto decidió que dejara de estudiar en la ETA 184 y me M inscribiera en la escuela secundaria pesquera que había fundado el presidente Luis Echeverría Álvarez.
Esto no me gustó. No entendí la decisión porque llevaba ya dos años de estudios completos y estaba por iniciar el tercer año. Y me revele Me inconforme, busque todas las formas para persuadir a mi padre de esa medida qué me partía el alma porque tenía que dejar todo mis amigos, amigos mi noviecita mi querido escuela mis maestros. Pero nada valió me inscribí obedeciendo a mi padre que me fui de Insurgentes primero a San Carlos y de ahí a Constitución donde esta secundario pesquera inició sus actividades fueron cien días difíciles aamargos, deprimentes sentía que no era mi espacio mi momento, mi vida creo en la libertad y más cuando se trate de la familia.
Y aparte a los cien días me visita en Constitución mi madre María y le ruego hasta el cansancio que interceda ante mi padre para cambiar la decisión y retornar a la Eta 184 mi madre se resistió a mi lloriqueos y no y no me dijo La decisión está tomada y el tiempo avanza aparte.
Cuando mi madre retorno a Insurgentes tome la decisión y me escapé por un hoyo en la barda. Y y me fui de la secundaria. Ese día llegué a San Carlos esquivando encontrar a mi papá que ahí laboraba.
Ahí conviví con mi gran amigo Polo Valtierra quién me invitó a que me sumara a una aventura estaba por iniciar ese día y era trasladarnos al municipio de Mulegé a la zona de bahías dónde se explotaba la almeja Catarina que era como oro tal y como se dio en California se ganaba buen dinero y había buenas condiciones de vida Y no le pensé más ánimo, vámonos a la almeja no me importaba más que ir en contra de la medida de mi padre.
Iniciamos el recorrido de raite con muchas vicisitudes. En Ligui vimos el famoso camión accidentado cargado de cemento que por cierto es el tema de uno de mis cuentos donde vimos los cadáveres del chofer y acompañante hechos tiras. Sentimos escalofríos de la escena dantesca. Pero no paramos nuestra fuga seguimos y seguimos poco antes de llegar a las bahías casi en los límites de los municipios de Comondú y Mulegé POLO se adelantó unos metros yo me rezagué por el cansancio Y de pronto venía de norte a sur una camioneta de la Secretaría de comunicaciones y transportes color amarillo y al verme separa y baja de ella un gran amigo de mis hermanas el señor Lisandro Chavarría un hombre alto moreno muy serio que me reconoces y me grita que andas haciendo por acá cabrón sabes que tienes preocupadas a tus hermanos y a tus padres vámonos súbete vámonos. Me resisto. Y digo no déjame no me voy a subir me subí a fuerzas y arranca hacia el sur ni alcancé a a gritarle a mi amigo POLO. Ni falta hizo vio todo desde lejos La subida forzosa al vehículo.
Después de varias horas llegamos a la terminal de Loreto y me ordeno comida y pago mi boleto en ese mismo lugar que era terminal de los Águilas para que me regresaran a Insurgentes donde se encontraba mi madre y mis hermanos.
Antes de dejarme ahí M me advirtió que si intentaba retornar hacia el norte Me iría muy mal con él. Ahí decidí poner fin a mi breve aventura me subí al autobús y llegué a Insurgentes en la cola entre las patas arrepentidos y dispuesto a los castigos que me aplicarían mi padre y mi madre pero para mi sorpresa no no hubo Tales me perdonaron Al cien por ciento.
Mi padre llegó hasta el fin de semana De san Carlos dónde laboraba hablamos me dijo que hiciera la lucha de regresar a la ETA 184 y que contaba con su bendición si me permitían el retorno debido a que ya eran tres meses de avance del tercer año.
Hice hasta lo imposible para reinscribirme con el apoyo de mis maestros principalmente el maestro ALEJANDRO MOTA Vargas Humberto Arce Sánchez y Eliseo Medina Arciniega facilitaron para que hiciera exámenes extraordinarios en las materias o lo hice con el mayor de los esfuerzos y sacrificios muy personales a los cuatro meses de esta vergonzosa situación lo superé y me coloqué en los principales promedios tal y como estaba en los primeros dos años.
Fue difícil lo sé pero me quedó la experiencia y la apliqué con mis hijos en el Marco del respeto y la tolerancia debe dar uno Libertad a sus hijos creo que yo lo he hecho con todo amor les he respetado todo todo y creo que lo he hecho bien. Y aparte fin. ... y con esto nos despedimos Hagan el Bien y sean felices