Jamás en mis más de 40 años de hacer periodismo, he dejado de criticar la torpeza y la insensibilidad de los políticos. Y lo seguiré haciendo mientras Dios me conceda la posibilidad de escribir.

Y más aún haré referencia a esos políticos convenencieros que hacen lo posible por colocar el hombro del pueblo como escalinata para trepar a mejores posiciones sin importarles el atropello y la humillación que cometen.

En efecto, lo seguiré haciendo en contra de aquellos cretinos que con su acostumbrada perorata y su aburrida arenga, nos han llevado por esos inciertos caminos de la irresolución, la incertidumbre, y el desconcierto; y que con sus “brillantes” ideas, en lugar de avanzar, nos conducen al retroceso; y como condenados al patíbulo nos llevan al sótano de la desgracia.

Políticos frívolos y vanidosos que se escudan tras el poder para hacer de la indiferencia el remedo del quehacer público. Y que en lugar de agradecer, buscan la oportunidad para burlarse del pueblo a sus espaldas.

Políticos que atenidos a su buena estrella, digamos, como es el caso patético de Rubén Muñoz Álvarez, han dejado a su paso solamente una gran y maloliente estela de duda por su actuación vaga e incierta en la administración pública.

Y para refrescar la memoria de los olvidadizos defensores de oficio de este personaje, solo basta anotar algunos pecados cometidos por Rubén a su efímero paso por la presidencia municipal de La Paz.

Uno fue el que tuvo que ver con el agua turbia relacionado con el desarrollo y construcción del proyecto Misión Punta Norte, que hasta la fecha sigue siendo un dolor de cabeza para Milena Quiroga y uno de los causantes del insomnio de Rubén.

Dos, la bronca con los piperos de esta capital, la que optó por evadir Rubén Muñoz para evitarse conflictos en su intención de llegar más alto, dejándole, por tanto, la víbora chillando a Milena Quiroga.

Y a estos pecados hay que sumar otros como aquel de la última Sesión de Cabildo cuando el regidor Pavel Castro Ríos le solicitó una explicación sobre una reasignación por 38 millones de pesos, donde el regidor dijo: “el tema que quisiera abordar en este punto es respecto al recurso del Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de los Municipios y al Fondo de Infraestructura Social Municipal, y creo que deberíamos comenzar el análisis de este punto solicitando al Presidente Municipal una explicación, de por qué reasignó recurso federal arriba de los 38 millones de pesos sin consultar el Cabildo”.

Fue cuando justamente enseguida, no sin antes solicitar a la Contraloría Municipal que investigue este mal manejo por parte del Alcalde paceño y por las decisiones tomadas, el regidor le dijo en su

cara: “usted no es un monarca, es un igual entre pares”. Y después interrogó. “¿Por qué hacer esto solo? ¿Por qué omitir a Cabildo?”.

Lo cierto fue que Muñoz Álvarez confirmó que SI hubo un cambio de destino de esos Fondos. Luego entonces, ¿dónde quedó la bolita…?

Ya antes había sido acusado por abuso de poder y persecución política por parte de funcionarias despedidas sin justificación. Entre ellas: Teresa Ruíz, Oficial Mayor; Patricia Meza, directora de Desarrollo Económico; Fernanda Villarreal, directora de Catastro; y Diana Gavarain de Atención Ciudadana, quienes coincidieron en que: “a nuestro parecer, el Presidente ocupa más su tiempo en proyectarse política y socialmente que atender asuntos de oficina”.

En esa ocasión, Rubén Muñoz atrevida y osadamente “había sacado su boleto”, ya que estas personas, y otras más, habían sido corridas por Rubén por el hecho de que simpatizaban con el proyecto político de Víctor Castro Cosió, rumbo a la gubernatura del estado.

Y todo porque obviamente Rubén se sentía el todopoderoso para ganarle a Víctor Castro, y buscaba cualquier medio para meterle zancadillas.

Fue entonces cuando militantes de MORENA, sumamente molestos pidieron la expulsión del entonces Alcalde de ese instituto político, acusándolo de traición a los principios ideológicos de la cuarta transformación.

Tal solicitud, habría sido firmada por los diputados locales Esteban Ojeda, Petra Juárez M., Milena Quiroga, Marcelo Armenta, Homero González, y Humberto Arce, sumándose los regidores José María Avilés, Cecilia Higuera, Marcela Amador y Jorge Pavel Castro Ríos; además de David Moyrón Quiroz y Víctor Martínez de Escobar quienes también cesados por el propio Alcalde mencionado, presumiblemente por: “pérdida de confianza”. Quienes presentaron denuncia formal de expulsión del partido MORENA del alcalde paceño Rubén Gregorio Muñoz Álvarez ante la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia -CNHJ- presidida por Héctor Díaz, cuya queja quedó registrada con el número 06557.

Pero entre los pecados hay muchos más, donde no se descarta aquel que debiera ser el más preocupante para Rubén Muñoz Álvarez y que tiene que ver con la ya muy famosa “Red de Corrupción” que fue descubierta por la actual alcaldesa Milena Quiroga.

En síntesis, la perversidad y la inmoralidad, hechos que hoy repudia la Cuarta Transformación, pudieron haber estado a la orden del día en aquella obscura administración que presidió nuestro multicitado personaje.

Y pese a lo que digan los defensores de oficio de Rubén, lo escrito en la entrega de hoy, aunado a la cuadrilla de aviadores que sumaran más de cien, no dejan de ser sinónimos de corrupción.

Luego entonces la impunidad, que también es rechazada por la 4T, con osadía y desvergüenza se llegó a anidar tanto en la administración como en el ánimo de Rubén Muñoz Álvarez.

Lo bueno es que hoy con los nuevos tiempos, el pueblo puede respirar tranquilo al saber que en la administración pública ya no tienen cabida ni compadrazgos ni nepotismos, ni amiguismos.

Mucho menos privilegios o tapaderas. Cuestión de tiempo.