La Paz, Baja California Sur.- Diariamente dejan de “entrar” a SAPA La Paz 75 mil pesos y anualmente, serán un total de 23 millones 400 mil pesos, por no dejar que piperos particulares carguen en la red pública de agua potable, aseguró Abimael Ibarra Abúndez, noveno regidor por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Cobrando el derecho de cargar, el organismo podría captar este dinero que advirtió, no está quedando en las arcas municipales, sino en manos de “particulares” y “privados”; se pierde la posibilidad de usar recursos para resolver el problema del agua, consideró.

“Si antes de esta decisión se les cobraba 250 pesos […] estamos perdiendo la posibilidad de usar ese recurso para mejorar la red de distribución, el mantenimiento y como se ha venido haciendo la compra de equipos nuevos, entre otras muchas cosas”, dijo.

“Necesitamos captar ese recurso y buscar la manera de que los piperos carguen agua sola y exclusivamente en nuestra red y evitar que la estén sustrayendo del subsuelo desde pozos agrícolas sin control”, añadió el regidor.

Los estudios de la capacidad y situación de los mantos acuíferos están en manos de la Comisión Estatal del Agua (CEA), el Consejo de Cuenca y la Junta de Gobierno de SAPA, citó Abimael Ibarra de la Ley Estatal de Aguas.

Son 3 mil metros cúbicos los que mueven las pipas diariamente, dijo el regidor del Partido Revolucionario Institucional (PRI), lo que representa “solo el 0.2 por ciento” de la carga total de la red municipal que es de un millón y medio de metros cúbicos diariamente.

Consideró que se puede encontrar una forma de resolver este problema sin afectar la distribución municipal; ya que dijo, los piperos llevan el agua a donde la red no llega o no es suficiente para uso doméstico, comercial e industrial.

Pidió legislar en la materia, para evitar el descontrol y explotación indiscriminada del acuífero paceño; dijo el problema hídrico no es nuevo y seguirá existiendo, además que celebró los recientes acuerdos para uso de agua tratada en terracerías y usos no potables.

Recalcó que los casos recientes de “huachicoleo” de agua en La Paz, así como las tomas clandestinas, indican que no existe un control en la carga de pipas y nadie sabe con certeza la cantidad de agua que extraen.